Estremecida aún, la nación cubana rememora el bárbaro asesinato que truncó las vidas del joven alfabetizador Manuel Ascunce Domenech y de su alumno Pedro Lantigua
Emerge un nombre que porta esperanza, optimismo y satisfacción. Ahondar en su origen, la razón por la cual identifica a un frasco tan valioso, sería redundar en el adjetivo que califica a esta Isla: Soberana