Guiteras y el Gobierno de los Cien Días
El 10 de septiembre de 1933 fue designado como presidente de la República de Cuba el profesor universitario Ramón Grau San Martín. Comenzaba así, el Gobierno de los Cien Días.
El gobierno provisional integróen su gabinete a figuras de diferentes tendencias, fundamentalmente reformistas y algunos revolucionarios. El 12 de septiembre, Grau dio a conocer los nuevos integrantes entre los que se encontraba Antonio Guiteras, quien asumió las Secretarías de Gobernación, Guerra y Marina. Guiteras trató de impulsar desde su posiciónuna línea revolucionaria antimperialista mediante medidas concretas.
Esta pluralidad de tendencias constituyó un obstáculo para crear un equipo de trabajo cohesionado, con un programa común, a lo que se le añadió que el nuevo jefe del ejército, Fulgencio Batista, traicionó inmediatamente; aliándose a los grupos oligárquicos y a la embajada norteamericana, por lo que representó a las fuerzas reaccionarias dentro de aquel equipo.
En ese mes de septiembre se produjo un poderoso ascenso en el movimiento antimperialista del pueblo cubano. En diversas poblaciones del país se desarrollaron actos de protesta contra el injerencismoyanqui y había presencia de buques de guerraen los puertos cubanos. La policía desatóla violencia frente a las acciones revolucionarias.
El odio al pueblo, a los comunistas y a Guiteras llevaron a la reacción y al imperialismo a arreciar sus ataques:los sabotajes, las bombas, los alzamientos contrarrevolucionarios, los tiroteos indiscriminados sembraron el pánico en la población e hicieron más crítica la situación al Gobierno de los Cien Días.
El embajador yanqui, Sumner Welles preparó el golpe de Estado contra el gobierno provisional; trabajó directamente con Batista y los políticos burgueses que habían perdido el poder.Además,contó con el aislamiento diplomático ya que losEE. UU. no reconoció al gobierno cubano, sino que solo fue reconocido por cuatro países.
La actuación de EE. UU. fue clave en la oposición al gobierno encabezado por Grau; el propio presidente Franklin Delano Roosevelt hizo declaraciones en las que exponía su no reconocimiento a la nueva presidencia y alentó a formar un nuevo gabinete aceptable para EE.UU.
La crisis que liquidó al Gobierno de los Cien Días, tuvo múltiples causas. Después de cuatro siglos de Colonia, los 31 años de República resultaron insuficientes para lograr la maduración y estabilidad política que el país requería.
Además, la funesta herencia del predominio de la violencia para solventar los conflictos sociales, la gran dependencia de EE. UU. y fundamentalmente, la ausencia de una cultura cívica y democrática, conformó una situación que Enrique José Varona resumió así: «La República ha entrado en crisis, porque gran número de ciudadanos han creído que podían desentenderse de los asuntos públicos. Este egoísmo cuesta muy caro. Tan caro, que hemos podido perderlo todo».
Por otro lado, Grau San Martín —seguidor del ideario reformista del Directorio Estudiantil Universitario— atado a las decisiones de los estudiantes,tuvo que moverse entre el radicalismo de Antonio Guiteras de un lado y el control del ejército, en manos de Fulgencio Batista, que era la única fuerza capaz de garantizar una estabilidad.
Sin contar con el apoyo de EE. UU. ni del resto de las fuerzas políticas, el desenlace no podía ser otro: faltó el diálogo, la cultura política de los dirigentes para subordinar los intereses de clases, grupos y personas a las necesidades de la nación. A lo que se unió la carencia de una conducta cívica sólida en los dirigidos.
Guiteras en su artículo Septembrismo—publicado en Bohemia después de la caída del gobierno— analizó sus problemas. Cuando impulsaba las medidas más radicales encontraba oposición. Muchos se asustaron y empezaron a retroceder por miedo a las posibles reacciones de EE. UU. Para que un gobierno pudiera mantener una buena proyección, reflexionó, lo primero que debía tener era unidad. En una parte dice: «Nuestro programa no podía detenerse simple y llanamente en el principio de la no intervención. Tenía que ir forzosamente hasta la raíz de nuestros males, el antiimperialismo económico […]».
Comentarios
En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.