Cuando Columbia devino escuela

26 de Octubre de 2022

Momento en que Camilo comienza a derribar el muro. Fotos: Fidel, soldado de las ideas, Granma y Cubadebate

“¡Qué bueno que los niños quieran ir a la escuela!/¡Qué bueno que el maestro pueda enseñar y amar!/¡Qué bueno que los padres contribuyan en casa!/¡Qué bueno que  esta dicha  llegue a todos igual !” Escritos muchos años después del 14 de septiembre de 1959, estos versos de la colega Rosa Rodríguez Garrido, hubieran servido como un canto de amor a la acción de Camilo Cienfuegos en el acontecimiento ocurrido en el antiguo campamento militar de Columbia: tornar aquel lugar de sombra y muerte en una gran ciudad de luz y sabiduría, porque desde entonces los nuevos guardianes han sido los niños armados de lápices y libretas e instruidos por sabios maestros.

 

Era la única forma de borrar toda la historia sombría tejida alrededor de una instalación servil a los intereses de Estados Unidos, hasta con el nombre: Columbia. Cuentan que lo adoptó de un distrito norteamericano encargado de aportar una cifra considerable de soldados y oficiales a las fuerzas armadas yanquis durante la segunda mitad del siglo XIX.

 

Aún conservo el testimonio que me ofreciera el teniente coronel (r) Daniel Rittoles Ramos —ya fallecido—, quien fue dirigente estudiantil en el antiguo preuniversitario de Marianao. “El plantel —comentó— estaba ubicado frente a la fortaleza militar; por otro lado estaba el Buró de Represión a Actividades Comunistas (BRAC)  y más acá, la estación de policía 216: ¡estábamos cercados! Le decíamos Ciudad Trujillo, porque al fondo vivían todos los militares de Columbia. La lucha era frontal y cotidiana”.

 

Rittoles era apenas un adolescente cuando matriculó en el instituto de segunda enseñanza de Marianao, en la década de los años 50. Allí conoció a uno de los jóvenes más destacados de la lucha insurreccional: Manolito Aguiar, quién le enseño cuán importante era rebelarse contra la discriminación.  El joven dirigente le hizo comprender que el único camino posible para revertir la situación era la lucha contra aquel régimen oprobioso. “Eso me fue formando como revolucionario”.

 

“Al triunfo de la Revolución —añadió—, fue el Comandante Camilo Cienfuegos el designado para tomar la fortaleza de Columbia. Nosotros apoyamos su entrada al frente del Ejército Rebelde, porque los oficiales de la tiranía se negaban a entregarla.”

 

Se derrumbó el muro

 

A Camilo le dolía todo el luto, la sangre y la muerte que provocaron las fuerzas de la tiranía de Fulgencio Batista y Zaldívar. Habían caído más de 20 mil cubanos; era parte del precio que debió pagar la nación para conquistar la libertad. Por eso, el 10 de marzo de 1959,  a siete años del golpe, decidió que era el momento propicio para derribar los muros de la posta por la que en 1952 entró el tirano a Columbia. De este modo dio inicio a la desactivación de Columbia. Lo hizo personalmente,  con una mandarria primero y después con un buldócer.

 

Acerca del acontecimiento es la siguiente nota de Camilo:

 

“Marzo 10-59

 

”2 y 40 de la madrugada del 10 de marzo.

 

”Después de 7 años de larga espera se derriban los muros afrentosos que levantó la tiranía dejando detrás de ellos la libertad conculcada, los derechos violados, la honra humillada.

 

”Finalizados estos 7 años de luto y sangre, el pueblo representado por el Ejército Rebelde derriba estos muros, residuos de esa tiranía y le dice a la ciudadanía: otra posta más Territorio Libre de Cuba”.

 

Pasados seis meses,  el 14 de septiembre, en un emotivo acto, el Ejército Rebelde realizó la entrega simbólica de la antigua fortaleza militar al ministro de Educación, Armando Hart Dávalos, para convertirla en un gran centro escolar, cumpliendo de esta forma el anhelo de eliminar todo cuanto recordara la opresión que había sufrido el pueblo.

 

“Nosotros —dijo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto— nunca pudimos venir aquí a esta fortaleza, nosotros solo sabíamos que aquí se albergaban millares de soldados, de hombres armados que eran capaces de los peores abusos, que eran capaces de las peores injusticias.  Nosotros nunca tuvimos este privilegio de ver lo que era una fortaleza militar.

 

Nosotros nos preguntábamos para qué servían las fortalezas militares; nosotros nos preguntábamos por qué había tantos soldados aquí dentro, por qué había tantas compañías y tantos regimientos, qué significaba todo aquello, qué fin perseguían esos soldados. Y nosotros, los que en un tiempo fuimos niños como ustedes, tuvimos oportunidad de conocer para qué servían aquellos soldados.

 

”[…] Por eso, cuando un día, hablando del papel que desempeñaban aquellos soldados, ofrecimos que algún día la fortaleza de Columbia se convertiría en una escuela, estábamos expresando el deseo más profundo de todos nosotros.  No fue fácil tomar esta fortaleza; miles de compañeros cayeron en el camino; conquistar esta fortaleza costó mucha sangre, costó muchas batallas y costó muchas vidas”.

 

En emotivo intercambio con los niños Fidel les habló de los planes de la naciente Revolución para acabar con la ignorancia: una ciudad escolar o un instituto superior de ciencia y tecnología “para preparar ingenieros, para preparar expertos que conozcan de fábricas, de ingeniería, de física y de química, que adquieran todos los conocimientos necesarios para industrializar nuestro país”.

 

También les habló de lo necesario que era hacer entonces, en virtud de que los niños no tuvieran las carencias que habían padecido sus mayores.  “¡A estudiar!” Fue el llamado que hizo a toda la muchedumbre reunida en el lugar. Y al entregar el campamento militar, le dijo a Armando Hart:

 

“Compañero ministro de Educación: En sus manos ponemos esta fortaleza, y de ella arriamos nuestra bandera victoriosa para entregarle a la educación la fortaleza conquistada.

 

”Esperamos que este acto marque el inicio de una nueva era en la educación y que el centro de alta enseñanza que aquí se establezca llegue a convertirse en el primero de toda la América”.

 

Crecer hacia el futuro

 

Cada mañana, cuando el Complejo Científico Pedagógico Ciudad Libertad, en que se ha convertido lo que fuera Columbia, se llena de chiquillos, jóvenes y adultos, confabulados todos para conjugar las acciones de enseñar y aprender, es posible afirmar que es una de las maneras más hermosas de crecer. Y en el acto todos piensan en el futuro, y olvidan una historia que —para bien— quedó trunca hace medio siglo.

 

Son miles los participantes en las acciones educacionales, porque Ciudad Libertad abarca un área de 2,6 kilómetros cuadrados, en los que hay círculos infantiles —guarderías—, planteles de nivel primario o elemental, escuelas secundarias básicas, y —entre otros— los destinados a la enseñanza especial para atender a niños autistas.

 

Cuenta con áreas deportivas, teatro, la Casa del Estudiante, el Museo Nacional de la Alfabetización, un Centro Docente de Información Pedagógica, el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona; al tiempo que es sede de importantes proyectos pedagógicos internacionales y centros de referencia del trabajo educacional en el área de América Latina y el Caribe.

 

Desde aquel atardecer cuando Columbia se convirtió en escuela, cientos de miles de niños, adolescentes, jóvenes y adultos han pasado por esa ciudad donde los maestros enseñan y aman para“que esta dicha llegue a todos por igual”.

 

  • Fidel, en el acto de entrega de la antigua fortaleza militar al Ministerio de Educación,  para convertirla en la ciudad escolar más grande de Cuba. Fotos: Fidel, soldado de las ideas, Granma y Cubadebate

  • Fidel y Camilo eran entrañables amigos. Fotos: Fidel, soldado de las ideas, Granma y Cubadebate

  • El amor del Héroe de Yaguajay por los niños era infinito. Fotos: Fidel, soldado de las ideas, Granma y Cubadebate

Comentarios

En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.

To prevent automated spam submissions leave this field empty.
CAPTCHA
Esta pregunta es para probar si usted es o no una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres que se muestran en la imágen.