Las épicas lecciones del Palacio

10 de Diciembre de 2023

José Andrés Pérez Quintana, director del Museo de la Revolución. Foto: Diana Fuentes

Al entrar a la suntuosa mansión se siente la presencia de José Martí, Héroe Nacional Cubano; se aprecia, además, el simbolismo de la Bandera de la Estrella Solitaria. Justo frente a la mirada del visitante, las frías y fuertes paredes guardan los disparos del miércoles 13 de marzo. Es como si cada persona presente en los recintos de la institución se convirtiera en testigo de una parte de la historia atesorada en una de las casas más lujosas de la Cuba republicana. Ayer Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución. Una de las primeras instituciones de su tipo, creadas luego de enero de 1959, aunque físicamente no fungiera como galería hasta mucho tiempo después.

 

Estos datos los ofrece a los reporteros de Verde Olivo, el licenciado en Historia José Andrés Pérez Quintana, hombre amantísimo de su profesión y primer civil que dirige el museo. Poco más de tres décadas hace que trabaja ahí, y 17 años, como director. Entró a laborar en la anunciada sede cuando el Centro de Estudios de Historia Militar —creado en áreas de la edificación—, se estaba convirtiendo en un departamento del Instituto de Historia.

 

 

También explica que el lugar escogido como sede inicial fue el viejo Castillo de San Salvador de la Punta, donde se ubicaron las oficinas de la institución. Allí no hubo museo propiamente, sino la realización de una labor de creación y desarrollo; ahí estuvo el proceso fundacional, la génesis del museo.

 

¿Qué hizo que no fuera ese el sitio definitivo?

 

—En esa decisión pienso que deben haber tenido un peso fundamental lo reducido del espacio y la vulnerabilidad de esa vieja fortaleza a las penetraciones del mar, que pudieran dañar los documentos patrimoniales coleccionados. La humedad no permite una adecuada preservación.

 

”La primera exposición pública del Museo se inauguró el 25 de julio de 1963, a propósito del décimo aniversario de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente. La muestra inaugurada por Raúl, tuvo su sede en la base del Monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución. ”Ya había piezas importantes, como las relacionadas con el asalto del 13 de marzo, el Moncada, el yate Granma, los aviones que hoy se exhiben en el Memorial Granma; y objetos que recordaban también las acciones de Playa Girón, la Crisis de Octubre y otros hechos más recientes de la épica del pueblo cubano en aquellos momentos”.

 

¿Cuándo se asienta permanentemente aquí, en la sede actual?

—Te comento que aquí continuó sesionando el Ejecutivo —la presidencia del país— hasta 1965. Y en 1971 se instaló un equipo de trabajo de Historia con la perspectiva de que esta fuera la sede definitiva del Museo, que abrió sus puertas el 2 de enero de 1974.

”Una referencia de ese acontecimiento estuvo en la parada que el Comandante en Jefe hizo aquí el 8 de enero de 1959, con la Caravana de la Victoria, para saludar al entonces presidente Manuel Urrutia, y en las palabras pronunciadas en aquel momento, cuando afirmó que él sabía que el pueblo cubano no le tenía afecto a ese edificio y sería preciso en el futuro, buscar un uso, una función que le ganara el cariño del pueblo.Pienso que ahí está el fundamento de su instalación aquí”.

 

¿En qué momento se le entrega la Réplica del Machete Mambí del Generalísimo Máximo Gómez?

 

—El 16 de abril de 1988. Es una distinción que otorga el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar) a personalidades e instituciones culturales e informativas, que son ejemplo dentro de la intelectualidad y las instituciones comprometidas con su tiempo y con la historia.

”Unos meses antes de esa fecha, el 27 de enero —luego de casi tres años cerrado—, se había concluido en el Museo un trabajo intenso de reparación y rehabilitación general y reinstalada una nueva exposición permanente. Estaba ya en el camino de su aniversario 30, efeméride por la cual recibió la Orden Félix Varela de Primer Grado.

 

La institución es un punto esencial para la actividad patriótico-militar. Centro de importantes ceremonias, se le aprecia como un sitio para la documentación histórica. ¿Cómo valora, en este sentido, su responsabilidad aldirigirla?

 

De su propio devenir como museo, hay momentos que son hitos: la inauguración del Memorial Granma, el primero de diciembre de 1976, y tiene como pieza fundamental, justamente a la embarcación que condujo a los expedicionarios desde Tuxpan, en México, hasta las costas del oriente cubano.

 

”El memorial acoge a un grupo de piezas relacionadas con la última etapa de la Guerra deLiberación Nacional, y los primeros años del triunfo revolucionario. En aquel momento fue un proyecto muy novedoso en cuanto a utilizar un espacio urbano para la muestra museográfica tan trascendente. El propósito requirió una intensa labor, tanto, que la solución de protección para el yate Granma permite que se conserve en perfecto estado, pese a haber transcurrido tantos años de la expedición, ¡porque ese es el original!”

 

¿Algún otro momento importante?

—El 19 de abril de 1989, cuando Fidel enciende la llama del Monumento a los Héroes Eternos de la Patria. Recordarlo es muy emotivo.”En esta etapa llevamos a cabo un proceso de intervención general, una restauración minuciosa de todos los detalles de dicha joya de alto valor patrimonial, junto con lo cual realizaremos un reacomodo de las salas, en una solución expositiva que logre un equilibrio entre los valores del inmueble, los tesoros de la historia de nuestro país, en especial de la Revolución y los nuevos códigos de la museografía, o lo que es igual: el uso de las nuevas tecnologías. Todo eso, en armonía, por eso te hablo de un proceso de intervención integral.

 

”¡Ah, otro detalle! Esta vez más general: en su historia, el Museo de la Revolución ha recibido más de siete millones de visitantes. Entre los primeros estuvieron Raúl Castro, Alicia Alonso, Eusebio Leal, y una importante relación de presidentes de varios países; otras personalidades de la cultura, el arte y las investigaciones.

 

”Durante muchos años aquí funcionó el aula-museo, actividad docente que, en períodos de tres meses, permitía que grupos de niños recibieran conocimientos in situ por el alto valor pedagógico de esa práctica. El museo era el laboratorio de Historia. Ahora esa experiencia está detenida, debido a las labores de restauración y conservación, pero los rescataremos”.

 

Para eso trabaja un colectivo de  hombres y mujeres que han merecido, no solo la Réplica del Machete Mambí del Generalísimo Máximo Gómez o la Orden Félix Varela de Primer Grado, sino otras condecoraciones que evidencian el reconocimiento social por su contribución a las épicas lecciones del antiguo Palacio Presidencial, devenido Museo de la Revolución.

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