Por qué atacar a Irán ahora

El entorno político y militar regional ha cambiado de manera favorable a Tel Aviv, en gran medida como resultado de sus agresiones a naciones vecinas en los dos últimos años y ataques que le han permitido degradar de manera apreciable a movimientos de corte nacionalista y antisionista como Hezbollah, en Líbano, y la milicia palestina Hamas, lo que limita significativamente el apoyo militar que estos pudieran ofrecer a Irán.

El soporte que Israel y EE. UU. ofrecieron a los terroristas para derrocar a finales de 2024 a Bashar al Assad en Siria, aliado de Irán, e instaurar un gobierno afín a sus intereses, representa otro elemento favorable al sionismo.

A ello se suma que, en 2024, Israel atacó en al menos dos ocasiones territorio iraní y aunque recibió la respuesta de la nación persa en ataques directos a su territorio, por vez primera, sus acciones lograron degradar sobre todo las capacidades de defensa antiaérea de Teherán, allanando el camino para la operación en curso.

Otra razón de peso en el cálculo político israelí es el apoyo moral y material que ha recibido de la nueva administración norteamericana. Desde que llegó al poder, en enero pasado, el presidente Donald Trump autorizó la venta de armas a Israel por valor de 12 mil millones de dólares, evadiendo incluso el control del Congreso.

También ordenó, tan temprano en su gestión como el 25 de enero, que se entregara a ese país un lote de mil 800 bombas MK-84 de 900 Kg cada una. Aunque durante su mandato el presidente Joseph Biden apoyó también a Tel Aviv y defendió la invasión a Gaza, se había negado a autorizar la entrega de esas bombas a Israel, por temor a que se emplearan, como sucedió posteriormente, contra la población civil en Gaza, donde Israel lleva a cabo una limpieza étnica con total impunidad, y contra el Líbano.

Mentiras cuidadosamente diseñadas y replicadas por gran parte de la prensa occidental, unidas a la creación de condiciones técnico militares con la ayuda de EE. UU., que permitieron a ambas naciones iniciar una agresión que todos saben cuándo y cómo empezó, pero no cómo acabará, incluso si se consigue un frágil alto el fuego.

Parece evidente que los agresores no tuvieron en cuenta que Irán se ha preparado por años para este momento y que la mayoría del pueblo apoya a sus autoridades, y esto es tanto o más fuerte que las armas más sofisticadas.

Los iraníes también han dado máxima atención a la defensa del país, lo que nos hace recordar al Comandante en Jefe cuando señalaba la necesidad de hacerlo, mientras exista el imperialismo. Irán también sabe que «… los que olvidan ese principio no sobreviven al error».

De las consecuencias y los peligros de esta nueva escalada bélica estaremos debatiendo en una próxima entrega.