La Plaza de la Revolución estaba desbordada de rostros juveniles con uniforme de las Brigadas Conrado Benítez y de pueblo, juntos habían hecho posible la gigantesca proeza que permitió al Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz ese mismo 22 de diciembre de 1961, proclamar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo.

Ese día, las palabras pronunciadas por Fidel resumen el esfuerzo de todo un país que contribuyó a cimentar el espíritu de una nueva era de un sistema social más justo y humanista.

“Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de legítimo orgullo y de gloria, como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados. Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así ­­––batalla––, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. […] Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia los otros, esa  hermandad que hoy reina en nuestro pueblo. ¡Eso es socialismo!”

Con el orgullo de haber colocado a nuestro país entre las naciones de más bajo índice de analfabetismo en el mundo, la Plaza retumbó el 22 de diciembre ante el discurso del Comandante con el grito unánime de los brigadistas: ¡Fidel, dinos que otra cosa debemos hacer!

La Campaña de Alfabetización no solo permitió erradicar el analfabetismo y facilitar el acceso universal a los distintos niveles de educación de manera gratuita. Sentó las bases para convertir a Cuba en “un país de hombres de ciencia”, como aspiró Fidel.