Triunfo aplastante
Al traumático golpe que significó para el imperialismo el triunfo revolucionario, se unieron también las cada vez más radicales medidas del Gobierno cubano para hacer realidad el Programa del Moncada; lo cual afectaba los intereses de los monopolios y empresas estadounidenses.
En este contexto avanzaba el programa de acciones encubiertas contra la Revolución, desarrolladas desde marzo de 1960; entonces para abril de 1961 el Gobierno estadounidense contaba con alrededor de 1500 efectivos organizados y entrenados por la CIA y el pentágono en bases ubicadas en territorios de Estados Unidos y de América Central para atacar a la Isla: La invasión ya era inminente.
Equipados y financiados por la administración norteamericana llegó a Bahía de Cochinos, en la madrugada del 17 de abril de 1961, las tropas de la Brigada 2506 bajo su mando.
La mercenarios vinieron protegidos por unidades de la fuerza de la marina de Estados Unidos y también por varios submarinos; sin embargo, por la defensa de la Patria socialista: el Ejército Rebelde, la Policía Nacional Revolucionaria y las Milicias Nacionales Revolucionarias, se dispusieron a enfrentar a los invasores; mientras el resto del pueblo, a través de los Comités de Defensa de la Revolución, apoyaba a los Órganos de la Seguridad del Estado en la neutralización de la contrarrevolución interna.
Tan pronto arribaron a suelo cubano, los invasores chocaron con la tenaz resistencia de un pequeño grupo de milicianos destacados para la vigilancia en el área, que armados solo con fusiles y ametralladoras, lograron retardar el avance enemigo.
La acertada dirección de la jefatura de la Revolución, la preparación del pueblo para el combate y la solidaridad internacional, sustentaron la defensa interna de Cuba durante la invasión.
Playa Girón fue el último punto de los mercenarios, cayó a las 5:30 de la tarde del 19 de abril. Las fuerzas revolucionarias capturaron a 1197 mercenarios, ocuparon cinco tanques medianos M-41 y ocuparon cuantioso armamento de todo tipo, aunque lamentablemente, como resultado de la invasión las tropas cubanas tuvieron 176 muertos y más de 300 heridos.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien dirigió personalmente toda la batalla desde el propio escenario de los combates, rememoraría luego, durante el acto de conmemoración de la victoria de Playa Girón, en el Teatro Chaplin el 19 de abril de 1965:
“[…] se equivocaron, porque hay algo que sus cerebros electrónicos no podían medir, hay algo que sus computadoras no podían calcular, y eso era: la dignidad, la moral, y el espíritu revolucionario de nuestro pueblo. Porque fue el espíritu del pueblo lo que aplastó a los invasores”.
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