Llegamos al Día Internacional de la Mujer con logros y desafíos promisorios. Cuba lo conmemora hoy en medio de realidades que muestran la posibilidad real de superar las brechas de género, uno de los mayores retos de la comunidad mundial.

Pero no fue así cuando se conmemoró por primera vez el 8 de marzo de 1931 en un acto que tuvo como sitio el Centro Obrero de Cuba y que estuvo organizado por la Central Nacional Obrera de Cuba y la Federación Obrera de La Habana.

Fue esta la génesis para la celebración del Día Internacional de la Mujer en nuestro país, una invitación que incluyó a todas las trabajadoras de los diferentes talleres, comercios y fábricas de la ciudad.

De esa simbólica jornada, la historia rememora a féminas destacadas: Charito Guillaume por el Comité Pro-organización de la Mujer Trabajadora, Panchita Batet por el Sindicato Textil, una delegada por los zapateros; ellas hablaron en nombre de sus compañeras mientras la obrera Caridad Suárez entregó en versos su sentir.

Ese día también recordaron la fecha un grupo de presas políticas, entre ellas Ofelia Domínguez, fundadora de la Unión Laborista de Mujeres. Allí escribieron un mensaje a la presidenta de las despalilladoras, Eudosía Lara, en cuyas apretadas líneas declararon su adhesión y simpatía por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Esta nota salió de la prisión y se reprodujo en los periódicos de la capital.

Pero aquel gesto de «adhesión» de los sectores femeninos más progresistas de la Isla, resultó reprimido mediante la fuerza por la policía machadista; y por ello durante décadas la fecha estuvo marcada por reclamos femeninos para conquistar la igualdad.

En adelante el Triunfo de la Revolución cambiaría el contenido de esas actividades por un día de alegría y reconocimiento a las féminas cubanas, quienes han conquistado un papel importante en la sociedad.

Las fortalezas que nos unen

La creciente integración de las mujeres resultó parte del estremecimiento del primero de enero de 1959, al participar  activamente en los planes que demandó la Revolución.

Por ello se movilizaron en los días de Playa Girón y de la Crisis de Octubre... Pidieron estar organizadas para saber qué misión les correspondía en tiempo de guerra, cómo atender a los ancianos y niños, dónde debían refugiarse.

De ahí emanó una nueva política: alistarlas para las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR). Luego, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que abrió puertas a la inserción en diferentes esferas de la sociedad. Ahora tenemos doctoras, maestras, profesoras, científicas, artistas, deportistas, obreras, campesinas, policías, ministras, gerentes, diputadas, militares….

Promoverlas a cargos de dirección fue interés constante para Fidel Castro Ruz y quienes los ocupan actualmente, tienen demostradas las capacidades para ejercer sus puestos.

El ejército femenino agrupa nombres simbólicos durante la trayectoria de la nación. Hoy, al conmemorar el Día Internacional de la Mujer, encontramos el suyo, el de su vecina, compañeras de trabajo y el de todas las que día a día aportan beneficios a los habitantes de Cuba.

En el rol de artilleras, tanquistas, infantes, comunicadoras, ingenieras, entre otros, encontramos a las que se integran a la lucha por preservar las conquistas de nuestra isla.

Son mujeres que combinan tareas de hijas, madres, hermanas, esposas, amigas y combatientes; que no descuidan la atención a la familia y con cada desempeño preservan los principios que a ellas pertenecen.

Fuente consultada:

• Vilma Espín, Asela de los Santos y Yolanda Ferrer: Las mujeres en Cuba: Haciendo una revolución dentro de la revolución. Editado por Mary-Alice Waters.