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Huellas de Tania es el título de esta obra para la cual se ha  indagado y compilado informaciones basadas en la vida de Haydée Tamara Bunke Bíder, Tania la Guerrillera. De igual forma se dan a conocer  hechos inéditos desde su nacimiento, el 19 de noviembre de 1937 en la ciudad argentina de Buenos Aires, hasta su caída en combate en el vado de Puerto Mauricio en Río Grande, Bolivia, el 31 de agosto de 1967, casi al cumplir treinta años. Se precisan algunos acontecimientos referidos a la impresionante vida clandestina y a su heroica actuación en la guerrilla del Che en Bolivia. 

 

 

 

 

A los compañeros que integraron la Comisión de Colaboración y Abastecimientos; a la Oficina del Segundo Frente Oriental Frank País que presidía el comandante Belarmino Castilla Mas; a la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado; a la Editorial Capitán San Luis; a la Federación de Mujeres Cubanas. Además, a la Oficina del Historiador de las FAR, a la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, a la Casa Editorial Verde Olivo y a todos los que apoyaron en la búsqueda de nombres y apellidos de los compañeros que aparecen de una forma u otra en la obra.

«Y ellas han sido parte del esfuerzo de la Revolución, y ellas han contribuido a crear y a aumentar la fe en la Revolución; ellas han contribuido al entusiasmo y al espíritu combativo de nuestro pueblo; ellas son frutos de la Revolución, y además parte de la Revolución […]», así se expresó nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, durante el acto de graduación de Corte y Costura, de las primeras ochocientas campesinas, en La Habana, el 31 de julio de 1961, Año de la Educación. Han pasado sesenta y un años desde entonces, y las féminas han contribuido, avanzando en su preparación y accionar, en el desarrollo económico, social y cultural; en la protección del medio ambiente; y en la defensa de la patria socialista, luego de obtener la principal conquista: el triunfo de la Revolución. Las oportunidades para la mujer se hicieron infinitas, hoy más del cincuenta y tres por ciento del parlamento en Cuba está constituido por ellas, las cuales están presentes en todas las ramas de la economía y representan más del sesenta y seis por ciento de los profesionales del país.

Al jefe del Segundo Frente Oriental Frank País, general de ejército Raúl Castro Ruz, por sus sabias enseñanzas. A los combatientes de esta unidad guerrillera, a los luchadores clandestinos y colaboradores del Ejército Rebelde, en la región de Baracoa, y a todos los que dieron su aporte por nuestra liberación. A las madres, los padres, las esposas y demás familiares que sufrieron la pérdida de sus seres queridos en manos de la dictadura que ensangrentó a nuestro pueblo durante seis largos años y bajo la ignominia de una neocolonia impuesta por el imperialismo yanqui durante más de cincuenta años. Con el esfuerzo y la sangre derramada por nuestros héroes y mártires se abrió el camino hasta lograr la ansiada libertad del Primero de Enero, que fue la respuesta del pueblo de Cuba, a más de cuatro siglos de opresión y, por primera vez, somos verdaderamente libres.

 

 

 

 

«¿Quién es el último?», pregunté en la cola del Banco Popular de Ahorro un día a finales de 2012. «Es el piloto, viene ahora para acá». «¿Qué piloto?» «El Chino, el de Cangamba». «Bueno, yo quiero conocer a ese compañero», le agregué a mi atento interlocutor. Al poco rato llegó un hombre blanco, achinado, de más de un metro y setenta centímetros de estatura y canas asomadas por debajo de la gorra. Se presentó como Julio Chiong Almaguer, alias El Chino. Me identifiqué y nos dimos un abrazo como viejos amigos. A partir de ahí comenzaron nuestros intercambios que, en el propio banco, en la panadería, en los parques del reparto o en la calle, fueron cotidianos. Inicialmente compartimos anécdotas de piloto a piloto. Pero, con el decurso del tiempo las vivencias del Chino trascendieron a las personales; entonces, más que escucharlas, comencé a profundizar en ellas. Le eché mano a papel y lápiz, elaboré minuciosos cuestionarios y lo entrevisté hasta el cansancio.

Qué bueno, Antonio Enrique comienza la historia con la etapa de su niñez y adolescencia, como campesino, formando parte de una familia numerosa y emprendedora lo cual, pienso, influenció en la formación de su carácter e ideología. A finales de la década de los años cuarenta, con dieciocho años de edad, sus inquietudes sociales lo llevan a militar en la juventud del Partido Ortodoxo, dirigido por Eduardo Chibás, cuya consigna pública era “Vergüenza contra dinero” y una escoba que enarbolaba significando que barrería a los ladrones. Con ello había atraído a lo mejor de la juventud y a los obreros del país. Muchos jóvenes, entre ellos Lussón, decepcionados por el rumbo que tomó esa organización después de la muerte de Chibás y frente al golpe de Estado el 10 de marzo del año 1952, abrazaban la insurrección propugnada por el Partido Auténtico, desplazado del poder. Es una etapa en la que surgen muchas organizaciones insurreccionales, incluso el propio Frank País crea la Acción Prólogo 8 Revolucionaria Oriental (ARO). Todos quieren un cambio violento de la sociedad, pero es Fidel Castro quien procura los medios, recluta los hombres, organiza, y pasados cuatrocientos noventa y dos días del fatídico golpe de Estado ejecuta el asalto a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo, y aunque no obtiene la victoria militar acapara la simpatía y el apoyo del pueblo. Lussón, como miles de jóvenes santiagueros abandonan las otras organizaciones insurreccionales y abrazan el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26- 7).

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