La concepción estratégica del líder del Ejército Rebelde Fidel Castro Ruz de extender la guerra a otras zonas del país, le posibilitó al recién ascendido comandante Juan José Almeida Bosque, operar desde el oeste de Santiago de Cuba para que el pueblo conociera la presencia del Ejército Rebelde en la zona, así como hostigar, batir e inmovilizar a las fuerzas enemigas asentadas en la importante urbe.

La intrepidez, fidelidad y humanismo de Almeida habían sido demostradas anteriormente durante el ataque al Moncada, la expedición del Granma, el bautismo de fuego en Alegría de Pío, el combate de El Uvero y muchas otras misiones. Sin embargo, esta nueva tarea sería diferente.

Primero, constituyó la columna 3: Santiago de Cuba, la cual estaba conformada por 55 hombres y dos mujeres (Oniria Gutiérrez Montero y María Mercedes Sánchez Dotres), quienes dejaron el resguardo del Primer Frente Oriental José Martí y marcharon hacia una extensión de tierras montañosas ensombrecidas por el analfabetismo y la pobreza.

Allí, en el corazón de la Sierra Maestra, operarían en unos 6 mil kilómetros cuadrados desde las cercanías de Bayamo hasta la capital oriental, y sus acciones revertirían la situación de las comunidades serranas para escribir gloriosas páginas en la guerra contra la tiranía de Batista.

Indicios rebeldes

El 6 de marzo de 1958, luego de agotadoras jornadas, la tropa de Juan Almeida llegó a Puerto Arturo. Ese día fue constituido el Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy, en homenaje al médico matancero caído en el Asalto al Cuartel Moncada.

Desde allí, este comandante organizó los grupos en la zona y emprendió operaciones diversas, extendiendo el teatro de operaciones que comprendía lugares como Jiguaní, Baire, Contramaestre, Guisa, Santa Rita, Maffo, Palma Soriano, Aguacate, El Cobre y Chivirico.

Unirse a los haitianos de la zona conocida como La Lata, les permitió utilizar sus casas, comida y abrigo e instalar en ese sitio su Comandancia. Entonces comenzaron a cambiar aquellos parajes montunos al instalar un hospital de campaña y una planta de radio.

Relatan los historiadores que esta columna guerrillera desarrolló 74 combates contra soldados batistianos, siete batallas y tomaron diez pueblos y cuarteles. Además, en su base de operaciones establecieron una estructura administrativa, contaron con otros cuatro hospitales, más de 70 escuelas, entre otros beneficios.

Contra la guarnición e instalaciones de la refinería de petróleo Texaco fue su primer combate, allí, como lo hicieron después al enfrentar la Operación Plan FF (Fase Final o Fin de Fidel), demostraron cuánto estaban dispuestos a entregar durante la lucha contra la colosal fuerza militar batistiana que utilizaba para hostigarlos hasta la aviación.

Según expresó el propio Almeida en varias ocasiones, los miembros de este Frente cumplieron con honor la misión que le asignó Fidel al constituir uno de los puntales de la victoria definitiva del pueblo cubano.

Tras el triunfo de la Revolución, este territorio rebelde se convirtió en municipio y mantuvo su denominación: Tercer Frente Oriental Dr. Mario Muñoz Monroy. A 66 años de su fundación por Juan Almeida Bosque, aún siente suyo a su eterno comandante, quien entendió como propias las carencias de los habitantes del territorio, esos que no olvidan sus orígenes y cada 6 de marzo refuerzan sus convicciones y pensamientos patrióticos.