Cienfuegos, símbolo de resistencia popular

02 de Septiembre de 2022

Áreas del Colegio San Lorenzo, el teatro Tomás Terry, la droguería Cosmopolita, el Ayuntamiento y otras plazas, constituyeron focos de combate. Fuente: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo

Junto a las acciones que el movimiento clandestino desarrollaba en pueblos y ciudades, con el inicio de la lucha guerrillera en la Sierra Maestra se comenzaba una tarea de trascendental importancia: abrir nuevos frentes e incrementar los recursos necesarios destinados a las montañas.

 

Por tal motivo, en mayo de 1957, el jefe nacional de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) Frank País García, envió  una circular a las provincias con las tareas y orientaciones necesarias para lograr este objetivo.

 

En Las Villas, por ejemplo, existía la idea de formar un frente guerrillero en el Escambray. Para lograrlo, el plan ideado era tomar el Distrito Naval de Cayo Loco, donde existía una célula del M-26-7 integrada por marineros y clases de la Marina de Guerra, apropiarse de las armas y demás pertrechos existentes, y trasladarse hacia las montañas.

 

La acción, prevista para el 29 de mayo de 1957, fue descartada porque en Cienfuegos detuvieron a 35 revolucionarios implicados, por suerte ajenos a la acción del Distrito Naval. Este revés determinó que Frank País enviara a Julio Camacho Aguilera para que evaluara la situación en la zona central de la Isla e iniciara su reorganización y fortalecimiento.

 

A mediados de junio, Camacho comienza a dar cumplimiento a la orden y un mes después debe asumir allí la responsabilidad de Jefe de Acción del Movimiento.

 

Conspiración de militares    

 

Por esos días Frank conoce a través del exoficial de la Marina de Guerra Orlando García, que una nueva conspiración se forja en el territorio cienfueguero, esta involucra a jóvenes oficiales marinos y a otros miembros del cuerpo militar batistiano. No obstante, se piensa en una acción de mayor alcance: un levantamiento nacional armado con el apoyo de los militantes del M-26-7.

 

A partir de entonces la conspiración es dirigida por Faustino Pérez, coordinador del M-26-7 en La Habana y miembro de su Dirección Nacional. Varias fueron las propuestas de los integrantes de la Marina, la Policía Nacional, el Ejército y los pilotos, que participarían.

 

Agosto fue el mes escogido para realizar las coordinaciones y apuntalar los detalles del plan que refería ubicar embarcaciones de la Marina en el Malecón, frente al Palacio Presidencial al que atacarían conjuntamente con aviones de combate y serían ocupadas la policía motorizada, estaciones policíacas así como emisoras radiales y televisivas.

 

En Cienfuegos, en cambio, se tomaría el Distrito Naval, mientras que unidades de la Marina de Guerra en Santiago de Cuba y Pinar del Río se sumarían al levantamiento, que tenía por fecha: el 5 de septiembre.

 

Cienfuegos en armas

 

A finales de agosto, Camacho fue impuesto del nuevo plan del levantamiento armado, a través del cual la sublevación nacional debía provocar el derrocamiento de la dictadura.

 

En la tarde del 4 de septiembre, junto al exalférez de fragata Dionisio San Román (separado de la Marina por acciones revolucionarias), Camacho da indicaciones en Santa Clara y se traslada hacia Cienfuegos.   

 

En ese momento, sin avisar a los demás implicados, altos oficiales de la Marina que se habían sumado a la conspiración deciden aplazar las acciones.

 

Ajeno a este cambio, San Román localiza al cabo Ríos y le informa del levantamiento. Cienfuegos sorprendería al alba con el sonido de las balas, así, cuando llegó el exalférez de fragata junto a Camacho y otros militantes del M-26-7 al Distrito Naval, este ya había sido tomado por los marineros.

 

Entonces, se organizan pelotones combinados para tomar la Estación de Policía, la Policía Marítima, rodear el cuartel de la Guardia Rural y detener a su jefe. Era tiempo de vencer, apostando la vida, porque como Fidel lo anunció un año antes, había llegado la hora de ser libres o mártires.

 

Heroísmo del pueblo

 

Cienfuegos estuvo en poder de las fuerzas revolucionarias haciendo derroche de valentía y firmeza durante 24 horas. Al cancelarse el plan a nivel nacional, los implicados, aún con el apoyo de la población y bajo las consignas de “Viva Cuba Libre” y “Viva Fidel”, no pudieron mantener el control de la ciudad, la dictadura envió hacia allá potentes contingentes militares y la aviación, que  ametralló y bombardeó la urbe. Cienfuegos se había levantado como un haz estridente, pero sola.

 

“Cuando un compañero caía se incorporaban varios compañeros. Es muy duro ver perder la vida a alguien que uno quiere, que uno aprecia y de momento lo ves muerto, pero nunca el enemigo pudo doblegar nuestra entereza, nunca nos rendimos. Mantuvimos la fe, la fe esa que Fidel nos hacía tener más fuerte”, expresó el Comandante Camacho años después mientras evocaba el hecho.

 

Ante los abusos de la tiranía y la inundación de los barrios de humo y metralla, el Jefe de Acción del M-26-7 en la provincia instó a San Román a poner en práctica el plan inicial de trasladarse hacia el Escambray, pero este no podía creer que sus compañeros lo habían abandonado. En su intento por conocer lo ocurrido en La Habana, embarcó en una lancha costera. Traicionado, fue entregado a los aparatos represivos de la tiranía, que lo torturaron y asesinaron días después.

 

Entonces Camacho, al comprender lo inadecuado que era continuar la adversa lucha en la ciudad, ordenó la retirada. A pesar del arrojo de todos, las fuerzas represivas torturaron a los sublevados y les arrebataron la vida a muchos. En ese momento, la solidaridad de la población abrió las puertas de sus hogares para ocultar combatientes y ayudarlos a escapar. De esta manera se evitó un mayor número de víctimas.

 

“Perdimos muchos marineros y civiles del 26 de Julio ese día, pero jamás se podrá hablar de una derrota. Fue un triunfo más, igual que el 13 de marzo. Hechos valiosos por los que se llegó al Primero de Enero”, expresó el combatiente René Morejón González, durante una entrevista al semanario de la Perla del Sur.

 

Así se convirtió Cienfuegos en un símbolo de intransigencia y lucha popular. Y el 5 de septiembre comenzó a formar parte de nuestro pasado heroico de resistencia, que “les habla a los jóvenes con clara elocuencia de nociones y valores esenciales como patriotismo, dignidad, coraje, altruismo”, sentenció el Comandante Camacho durante la conmemoración por el 60 aniversario de dicha acción.

 

  • A las 12 del mediodía arribaron los primeros refuerzos del ejército de la tiranía, provenientes de Santa Clara. Fuente: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo

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