Una vergüenza para el imperio (Operación Pluto)

16 de Abril de 2025

Girón.Foto: Cubadebate

 

  

Toda victoria lleva aparejado una derrota: son las dos caras de un conflicto. La derrota más legendaria fue la del gigante Goliath contra el pequeño David por el desnivel de las fuerzas en contradicción. Pero hay otra aún más antológica por su asimetría: la derrota ocasionada por la pequeña isla de Cuba a una invasión armada hasta los dientes y amparada por el Imperio más poderoso de todos los tiempos.

 

Un misterio que desvela aún a los expertos militares.

 

La derrota aplastante del imperialismo estadounidense y sus cómplices apátridas en las arenas de Playa Girón y Playa Larga, resulta todavía hoy en día un enigma, incluso para los cubanos de la Isla. Es cierto que había coraje de sobra en los que combatieron a los mercenarios y poca testosterona en estos últimos. Pero aun así la pelea estaba, como solemos decir los cubanos,«de mono para león»... y el mono amarrado.

 

En el prólogo al libro de Juan Carlos Rodríguez, Girón: la batalla inevitable(*), José Ramón Fernández,El Gallego, Héroe de la República de Cuba, al frente de las operaciones bélicas contra el invasoren la Bahía de Cochinos, confesó: «Debemos decir que la concepción de la operación, desde el punto de vista estratégico y táctico, no fue un error, escogieron una porción de tierra donde podían desembarcar, donde había una pista de aviación, construcciones, y que estaba separada de la tierra firme por un pantano a través del cual solo había tres accesos por carretera y sobre estos lanzaron a los paracaidistas, venían bien organizados, con un buen apoyo, pero les faltó la razón...."Además, era una zona escasamente habitada y con poco resguardo militar. Las fuerzas que podían hacerle cierta resistencia se hallaban en el central Australia a 30 kilómetros de Playa Larga y a 74 de Playa Girón"».

 

Para dar una idea, aunque sea incompleta, del armamento que se trasladaría a las costas cubanas desde el día 17 de abril para crear una «cabeza de playa»; aclamar allí un gobierno provisional y este solicitar una intervención estadounidense, este es un breve listado del material bélico mercenario:

 

5 tanques de guerra tipo Walter M-42.

 

11 camiones de 2, 5 toneladas dotados de ametralladoras de 12,7 mm.

 

18 cañones sin retroceso de 57 mm y 4 de 75 mm.

 

46 ametralladoras calibre 50 y de 30.

 

8 toneladas de altos explosivos y 500 bombas de fragmentación.

 

Los paracaidistas traían armamento y municiones suplementarios. La flotilla que había conducido a la mercenaria Brigada 2506 (número de la chapilla de un invasor muerto durante un entrenamiento en Guatemala) constaba de 5 buques mercantes que llevaban 36 lanchas de aluminio para múltiples usos; dos buques de desembarco de infantería fuertemente artillados, tres barcazas de desembarco de uso variado y cuatro para desembarco de soldados y vehículos de guerra. Escoltaban por mar a los apátridas, entre otros, los barcos norteamericanosBlagar y Bárbara J., artillados con ametralladoras calibre 50,5 y de 30; también dos cañones de 75 mm sin retroceso.

 

De otra parte, la fuerza aérea del grupo invasor poseía seis aviones tipo C-46 y otros seis de C-54 con 61 pilotos, operadores de radio y personal de mantenimiento.

 

Días antes, el coronel Jack Hawkins le comentaba al director de Operaciones de la CIA, Richard Bisell, encargado general de todas las acciones: « ...la Brigada está bien organizada; además, su armamento es más pesado y sus equipos superan en algunos aspectos a los de las unidades de infantería de los Estados Unidos»(**).

 

Hay que tener en cuenta también que las acciones anticubanas venían fraguándose desde hacía ya bastante tiempo, por lo que la Operación Pluto no fue más que el eslabón final de una cadena de proyectos subversivos. Un informe secreto —desclasificado en octubre de1961—del inspector general de la CIA, LymanKirkpatrick, expresa que las operaciones encubiertas contra Cuba comenzaron después de firmada la primera Ley de Reforma Agraria, autorizadas por el entonces presidente Eisenhowwer (***).

 

Súmese a todo lo anteriormente señalado, la guerra psicológica que venía desarrollándose mediante emisiones de radio piratas como Radio Swany panfletos lanzados sistemáticamente por avionetas sobre el territorio nacional alentando a la insurrección. También se contaba con el futuro apoyo de las bandas contrarrevolucionarias que operaban en diferentes partes del archipiélago en espera de «ayuda» del exterior.

 

Para Washington y el exilio anticubano de la Florida, estas condiciones eran imposibles de ser detenidas por el incipiente Gobierno Revolucionario: pero no fue más que un sueño hollywoodense convertido en pesadilla made in Cuba.

 

En el siguiente trabajo sobre el tema, Verde Olivo abordará las causas principales de la derrota mercenaria.

 

(*) Rodríguez, Juan Carlos. Girón: la batalla inevitable. La Habana, Ed. Capitán San Luis, 2012, pág. X.

(**) Ídem, págs. 8 y 9.

(***) Jiménez Gómez, Rubén G. En octubre del 62. La Habana, Casa Editorial Verde Olivo, 2011, pág.23.

 

Fuentes consultadas

 

(*) Rodríguez, Juan Carlos. Girón: la batalla inevitable. La Habana, Ed. Capitán San Luis, 2012.

(***) Jiménez Gómez, Rubén G. En octubre del 62. La Habana, Casa Editorial Verde Olivo, 2011.

 

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