Rosa La Bayamesa

04 de Octubre de 2024

 Rosa la Bayamesa .Ecured

No hay perdón para quienes traicionan

 

Hacía cerca de tres años que la guerra iniciada por Carlos Manuel de Céspedes en 1868 se encontraba en su punto más tórrido. Como Rosa La Bayamesa se vio fuertemente perseguida en la región oriental por su participación activa en la contienda libertadora, se vio obligada a trasladarse a Camagüey. Allá atendía el hospital de campaña conocido como San Diego del Chorrillo, repleto de heridos de la lucha contra los colonialistas españoles. Este centro asistencial de campaña fue el mayor erigido durante la Guerra Grande.

 

Dentro de las filas mambisas un desertor se pasó cobardemente al bando español e intentó guiar a las fuerzas de su guerrilla hasta el hospital del Chorrillo. Como operación previa, salió solo a explorar el lugar objeto de su retorcida «hazaña». El sitio estaba lleno de heridos procedentes de los combates de Jimaguayú y Las Guásimas, por lo que Rosa tenía que centuplicar sus actividades de médico, enfermera, farmacéutica, forrajera, cocinera, lavandera y hasta de explorador y escolta del hospital.

 

Las crónicas de guerra apuntan que el traidor se acercó al hospital y allí se apostó a observar el movimiento y precisar los detalles para el ataque. Lo que no sabía era que la despierta mambisa ya lo había detectado, y cuando pretendía abandonar el lugar para reincorporarse a las tropas españolas, Rosa, sacando su arma, lo fulminó de un certero balazo.

 

No hay quien no te conozca por tus nobles acciones (Máximo Gómez)

 

Rosa María Castellanos Castellanos nació en un barracón del poblado del Dátil, en Bayamo, antigua provincia de Oriente. Sus padres fueron esclavos traídos deÁfricaque asumieron los apellidos de sus amos. Compartió su vida íntima con José Florentino Varona Estrada, antiguo esclavo negro, con quien se incorporó a la contienda independentista iniciada por el Padre de la Patria.

 

Narran que Rosa María era una cubana mambisa en toda su dimensión: conjugaba su humanitarismo con el buen humor criollo y su sentido de la disciplina, pues existe constancia de que siempre estaba jaraneando con los enfermos, mientras que mandaba, ordenaba e infundía respeto entre todos.

 

Con el estallido de la guerra el 10 de octubre de 1868, se internó en la sierra de Guisa, en la hoy provincia de Granma. Desempeñó un papel decisivo en el abastecimiento de alimentos a las fuerzas mambisas y a los heridos en campaña. Se hizo hábil como enfermera, organizó hospitales de campaña y también combatió con el machete. Fue muy perseguida por las tropas españolas y se vio precisada a marchar a Camagüeyen 1871, internándose en la sierra de Najasa para curar a los heridos de la contienda.

 

Salvó muchas vidas de mambises heridos gravemente en combate y ejerció asimismo como comadrona.Los medicamentos los fabricaba de la flora tradicional cubana. Los que la conocieron afirman que conocía muchos métodos para curar las enfermedades comunes.

 

Rosa participó en los combates de Palo Seco y el Naranjo, acciones en las que trasladó a sitio seguro a los heridos en la batalla.

 

 

En 1873, el generalísimo Máximo Gómez, conocedor de sus méritos, visitóa la extraordinaria mambisa y al verla trabajar en un rústico hospital le dijo:

 

 

«He venido a conocerte en persona, ya que no hay de nombrequien no te conozca por tus nobles acciones y los grandesservicios puestos a la patria».

 

Rosa le respondió:«Yo cumplo con mi deber y de ahí no me sacanadie porque lo que se defiende se defiende, y yo aquí no quiero ningún majá, y el que se cura se va de nuevo a la batalla».

 

Capitana del Ejército Libertador

 

Cuando estalló la Guerra de 1895, Máximo Gómez le pidió a la mambisa negra que organizara y dirigiera el hospital de Santa Rosa(nombrado así por Rosa La Bayamesa), en Najasa, el cual jamás pudo ser asaltado por las fuerzas enemigas como consecuencia de las férreas medidas de protección y vigilancia que ella ordenaba. El generalísimo estuvo frente a la heroica mujer y le encomendó que tomara 12 hombres de su confianza e iniciara la construcción del hospital, a lo que ella le respondió: «general, me basta con dos».

 

 

No obstante, cuando sus enfermos le dejaban ratos libres, cubría turnos en las filas de combate, cargaba armas, disparaba fusiles y manejaba el machete con destreza.

 

En mayo de 1896, en el sitio conocido por Providencia de Najasa, Rosa es recibida por Máximo Gómez, quien después de estrecharla en fraternal abrazo, le otorga los grados de capitana del Ejército Libertador.

 

Junto con el ascenso estaba la siguiente observación:

 

«Esta mujer abnegada prestó servicios excelentes en la guerra delos diez años, y en la revolución actual, desde sus comienzos, ha permanecido al frente de un hospital, en el cual cumple sus deberes de cubana con ejemplar patriotismo».

 

Merecidos honores militares y el cariño del pueblo

 

Solo años después de finalizada la guerra, el 4 de septiembre de 1907, el Ayuntamiento de Camagüey le aprobó un crédito de 25 pesos mensuales como socorro. Veintiún días después de aprobado la resolución monetaria a su favor, falleció víctima de una afección cardíaca.

 

Por sus sobrados méritos, el cadáver de la Capitana fue velado en el Salón de Sesiones del mismo Ayuntamiento, y elCentro Territorial de Veteranos de la Independenciale ofreció los honores militares que correspondían, y el pueblo de Camagüey desfiló depositando ofrendas y otorgándole el merecido tributo de cariño y admiración a La Bayamesa.

 

En la primera plana del periódico El Camagüeyanode ese día 25 de septiembre de 1907, se publicó esta curiosa noticia; «Antes de morir, ella hizo un testamento en el que designaba como albacea y heredero universal de sus escasos bienes a Nicolás Guillén Urra», padre de quien se convirtió años después en el Poeta Nacional de Cuba.

 

Fuentes consultadas

 

Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. La Habana, Ed. Verde Olivo, primera parte, Tomo 1, Biografías, pág.74.

SITIOS WEB

Rosa La Bayamesa (directorio de afrocubanas.com 2/5/2016)

 

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