PELEANDO EN SILENCIO (PRIMERA PARTE)

20 de Noviembre de 2024

 Trinidad Lagomasino Alvarez .Foto:Ecured

 

«HAY COSAS QUE PARA LOGRARLAS HAN DE ANDAR OCULTAS…».

 

Esta sentencia martiana incluida en la carta inconclusa del 18 de mayo de 1895 a su amigo mexicano Manuel Mercado, adquiere una exactitud milimétrica aún antes de iniciarse la Guerra Necesaria, la del Apóstol.

 

José Martí era un conspirador nato; y conocía los planes o proyectos que desarrollaba el ejército español y que podían conocerse por diferentes vías, había que mantenerlos a buen recaudo de las labores de espionaje de los colonialistas y de delatores y traidores.

 

Gracias a ello diseñó con precisión la formación del Partido Revolucionario Cubano y la batalla épica que se avecinaba. El fracaso del plan de la Fernandina, como consecuencia de una indiscreción de unos de los principales involucrados en ese proyecto, afianzó más la idea de Martí que «hay cosas que deben andar ocultas».

 

Durante la contienda iniciada en 1895, se creó una red de información secreta que fluía tanto interna como externamente. Mensajes de todo tipo se enviaban y recibían mediante individuos que iban de posta, en posta, a pie o a caballo exponiendo sus vidas constantemente, o mediante correspondencia secreta o diplomática.

 

ESTRELLAS DEL SILENCIO

 

Dentro de la intrincada red mambisa de espionaje, se destacaron muchas mujeres que, con ingenio y audacia increíbles, lograron extraer informaciones vitales para la neutralización del enemigo. Verde Olivo le ofrece en este trabajo algunas de esas estrellas del silencio, poco recordadas; sumidas en un profundo secreto que ellas mismas no quisieron develar y que tienen por corona la labor cumplida.

 

Quizás una de las más conocidas fue Caridad Lagomasino (Trinidad), apodada, La Solitaria porque sus acciones- por motivos de seguridad-las realizaba sin más compañía que sus propósitos rebeldes.

 

En su finca de Quemaditos en Sancti Spíritus, organizaba veladas culturales en las cuales oficiales españoles no temían hablar de operaciones militares, puesto que aquella esbelta y culta mujer era la esposa del Cónsul estadounidense en Cartagena y no levantaba sospecha alguna. Sin embargo, la información recopilada,escuchada y guardada en su memoria, llegaba casi de inmediato a la oficialidad mambisa, que tomaba las acciones pertinentes ante el asombro de los peninsulares. (*). La fecha y lugar de su fallecimiento, aún permanecen en el anonimato.

 

Otra de las más renombradas agentes secretas fue Mercedes Varona, conocida como La Heroína de Las Arenas, prima del Mayor General Vicente García.

 

Este desea organizar un ataque certero a la ciudad de Las Tunas. Con ese objetivo, le asigna a Mercedes la misión de confeccionar un plano con la ubicación exacta de los puntos militares estratégicos de esa urbe. Así lo hizo, y el General tunero se adueñó de la plaza militar atacada.

 

El enemigo sospecha de las actividades de Mercedes y sus agentes la vigilan de muy cerca y constantemente. Los padres de la Heroína tramitan entonces un salvoconducto para abandonar el lugar y refugiarse en Manzanillo.

 

Una columna española dirigida por el teniente coronel March, también se encaminaba hacia la ciudad de Manzanillo. Cobardemente, se mezclaron con la familia Varona para que las tropas mambisas no los atacaran.

 

Era el primero de enero de 1870. Comienza la travesía; pero ocurre un tiroteo mambí con las tropas de Emilio March García en las cercanías de la localidad de Las Arenas. De forma inesperada, en lugar de refugiarse de las balas, Mercedes cabalga al encuentro con sus compatriotas, exclamando: "Fuego cubanos!!Poco me importa la vida!!Viva Cuba Libre!

 

El mencionado oficial español ordena disparar a la osada mujer, quien cae de un disparo en la cabeza. Aún no había llegado a los 20 años. Desde entonces se le conoce como la Heroína de las Arenas.

En 1892, cuando comienzan a surgir los clubes patrióticos inspirados por Martí, la primera célula femenina es bautizada con el nombre de la valiente cubana.

 

(*) Puede encontrarse más detalles sobre Trinidad Lagomasino en la página web de Verde Olivo, agosto de 2024.

 

FUENTES CONSULTADAS

 

González Barrios, René. En el mayor silencio. La Habana, Ed. Política, 1990.

Ecured

 

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