Mal cobijados por la Enmienda Platt

30 de Septiembre de 2022

Fue la Enmienda Platt la cobija que amparó la segunda intervención de Estados Unidos a Cuba. Fotos: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo

Se acercaba el fin del mandato presidencial de Tomás Estrada Palma cuando nuevamente fueron convocadas las elecciones. El malestar generalizado contra ese gobierno entreguista aumentó al conocerse la intención del mandatario de reelegirse como presidente.  

 

El 20 de mayo de 1906, tras fraudulentas elecciones, asumió el cargo en un segundo período.

 

No dudó Estrada Palma en pedir al mandatario de Estados Unidos, el 12 de septiembre de 1906, otra intervención militar a la Isla. Días después el gobierno norteamericano aceptó la solicitud y el 19 de septiembre una flota ingresó a La Habana en virtud de lo establecido en la Enmienda Platt, que concedía a Estados Unidos el derecho de “intervenir militarmente en la Isla cuando peligraran, a su juicio, la vida, la propiedad o las libertades individuales”.

 

El 29 de septiembre de 1906, el secretario de guerra de Estados Unidos, William H. Taft, asumió el cargo de gobernador provisional de Cuba.

 

Días antes

 

La jornada anterior a las elecciones fue asesinado por la policía en Cienfuegos, el coronel del Ejército Libertador Enrique Villuendas, jefe liberal de Las Villas, y opositor a la reelección de Estrada Palma. Su asesinato colmó de indignación a la ciudadanía, y el Partido Liberal se retiró de la contienda. Estrada Palma quedó como único candidato, al igual que había ocurrido en 1901 y se proclamó ganador en los comicios.

 

Los jefes liberales no aceptaron pasivamente el escandaloso fraude y tomaron las armas en varios lugares del país en agosto de 1906. La Guardia Rural asesinó a machetazos en La Habana al general Quintín Banderas, uno de los más aguerridos jefes de las guerras de independencia.

 

La insurrección, conocida históricamente como “La guerrita de agosto”, fue cobrando fuerza hasta amenazar con tomar la capital. En tanto, Estrada Palma manifestó una vez más su vocación anexionista solicitando la intervención, y no un acuerdo pacífico entre cubanos.

 

Durante esta segunda ocupación, las autoridades estadounidenses repartieron, a los políticos corruptos de ambos bandos, dinero y dádivas a costa del presupuesto nacional. Así quedaron establecidas las bases de la corrupción desenfrenada que, desde entonces, fue uno de los más graves males de la República Neocolonial.

 

Por otro lado, la violenta represión de los cuerpos armados contra los obreros que reclamaban demandas como jornada de ocho horas, salarios justos, seguridad en el empleo, trato adecuado, fue otra de las dolencias del momento.

 

Durante la intervención el imperio fortaleció las fuerzas armadas, la policía e instituciones de control político y penetración cultural. Así se garantizó el control de la Isla por Estados Unidos y se condenó al pueblo a una etapa de profunda frustración del ideal independentista, de la que solo saldrían las fuerzas progresistas a inicios de la década de 1920, lideradas por una nueva generación de revolucionarios, entre ellos Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y otros tantos que protagonizarían el llamado despertar de la conciencia nacional.

 

Comentarios

En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.

To prevent automated spam submissions leave this field empty.
CAPTCHA
Esta pregunta es para probar si usted es o no una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres que se muestran en la imágen.