Coincidencias históricas de dos mujeres por una sola pasión: la Patria (II)

29 de Octubre de 2024

Candelaria AcostaFontaigne, Cambula, a quienel Padre de la Patria le encomendó confeccionar una bandera —diseñada por él— que representara la voluntad de combatir al colonialista español.Foto:Ecurred

 

Esta es la bandera de Cuba Libre

 

El 16 de abril de 1928 muchos veteranos de las guerras de independencia se dieron cita en la Cámara de Representantes de La Habana.

 

De repente vieron que una anciana —a quien alguien le ofreció su brazo y llamó tiernamente Cambula— se detuvo ante una ajada bandera cuadrada, más bien pequeña, con los colores rojo, azul y blanco y una estrella en el rectángulo rojo agarrada con alfileres.

 

Todos los presentes se conmovieron cuando aquella venerable anciana, con las pupilas fijas en la entrañable tela salida de sus manos, exclamó en medio de tesoros de recuerdos vertidos en lágrimas

:

 

¡Esta misma, esta es la bandera de Cuba Libre!

 

Una encomienda histórica

 

No se conocen muchos detalles de la vida de Candelaria Acosta Fontaigne, Cambula. Nació en el poblado de Veguitas, Manzanillo, el 2 de febrero de 1851.

 

Era hija del mayoral de la finca La Demajagua.

 

Compartió amores íntimos con Carlos Manuel de Céspedes tiempo después que este enviudara.

 

También los amores patrios fueron común entre ambos.

 

Por esa razón, el Padre de la Patria le encomendó a Cambula confeccionar una bandera —diseñada por él— que representara la voluntad de combatir al colonialista español.

 

Cambula se dio a la tarea de inmediato. Cuentan que un mosquitero y un corpiño ofrecieron a sus manos las telas roja y blanca, y un vestido propio, el azul.

 

La estrella la dibujó el patriota Emiliano Tamayo, que la compañera de Céspedes prendió con alfileres al rectángulo rojo. En la mañana del 10 de octubre, Cambula se la entregó al abanderado Emiliano Tamayo advirtiéndole:

 

«Primero mueran antes que verla deshonrada».

 

Y así ondeó ese día en La Demajagua: orgullosa y rebelde.

 

Diez días más tarde, a caballo y en manos de Canducha (*), el estandarte volvió a batir viento por la ciudad de Bayamo.

 

Un año después, en la Constituyente de Guáimaro, aun cuando se adoptó la bandera de Narciso López como la que representara a la isla de Cuba, se decidió que la de Céspedes estuviera siempre presente donde la Cámara de Representantes se reuniese y que, además, fuera considerada como patrimonio nacional.

 

Hoy en día, la bandera del Padre de la Patria y de Cambula continúa presidiendo, junto a la enseña nacional, las sesiones del Parlamento cubano como símbolo de que la hidalguía de Céspedes y el amor patrio de Candelaria Acosta, también son patrimonio nacional.

 

(*) Canducha: Candelaria Figueredo, la Abanderada de la Patria, hija de Perucho Figueredo e Isabel Vázquez.

 

VER: Primera parte de esta reseña histórica.

 

FUENTES CONSULTADAS

 

Diago Izquierdo, Olivia. Vestidas de Patria. La Habana, Ed. Verde Olivo, 2019.

 

Luján O´Farril, Ana María. Patriotas Cubanos. La Habana, Ed.

Abril, 2010, Cuaderno VII.

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