El nombre de esta exposición en la sala Cuba del Centro Fidel Castro es “Arte soy entre las artes” y en ella se conservan los valores arquitectónicos de la vivienda. Se perciben, sin intervención de los elementos de la museografía, las características del inmueble luego de una amplia obra de restauración que permitió el rescate de los marouflage y la carpintería original de la casa.

Para Fidel era de gran importancia la preservación del patrimonio cultural de la nación. Al triunfo de la Revolución en enero de 1959, existían en Cuba 9 museos. El proceso social incentivó el rescate y conservación de valores históricos, artísticos, documentales y arquitectónicos que hicieron necesario el surgimiento de nuevas instituciones museísticas.

Esta tarea estuvo amparada por la promulgación en 1977 de la Ley No.1 de Protección al Patrimonio Cultural y Ley No.2 de los Monumentos Nacionales y Locales, lo cual fue decisivo en la valorización del patrimonio local y el fortalecimiento de la identidad nacional.

Fidel recibió durante su vida innumerables obsequios y fue su voluntad que la mayoría se exhibieran en museos u otros sitios de interés social para que pudieran ser apreciados por el pueblo cubano en toda la Isla. Le pidió a Eusebio Leal Spengler que se encargara de ordenar y clasificar; indicó la distribución con la condición de que no se podía poner en leyenda alguna o referencia que lo había entregado él. Así fue como museos de todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud recibieron dichos objetos.

Ante una calumnia de la revista Forbes que, el 4 de mayo de 2006, lo incluyó en una lista de los gobernantes más adinerados del mundo, fue que permitió que se contara esta historia y se reveló lo que con mucha prudencia, sentido común y silencio había hecho. Nunca pensaron los que trataron de desacreditarlo, que recibirían de inmediato una respuesta tan contundente.

El  Quijote ha sido fuente de inspiración para infinidad de creadores cubanos de todas las expresiones del arte y la literatura. El primer título que vio la luz tras el triunfo de la Revolución, luego de que el 31 de marzo de 1959 se fundara la Imprenta Nacional de Cuba por el Gobierno Revolucionario, fue El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Fidel mismo sentía cierta identificación con el personaje creado por Miguel de Cervantes. En cierta ocasión le comentó a la periodista y escritora Katiuska Blanco que él se sentía el Quijote de la Universidad, haciendo alusión a sus luchas de aquella época.

También se podía ver en los espacios que acostumbraba a ocupar pequeñas estatuas con figuras del Quijote. No han sido pocos los que lo han comparado con el célebre personaje; por ejemplo, su amigo Hugo Chávez Frías afirmó: "Fidel, tú siempre has sido un Quijote, sin locura, pero no el de la Mancha, el Quijote de La Habana”.

A lo largo de su vida, Fidel recibió innumerables condecoraciones, distinciones, premios y honores nacionales e internacionales concedidos por estados soberanos o entidades supranacionales, organizaciones no gubernamentales, partidos políticos y otros. Entre ellas se eligió una simbólica representación para que los visitantes puedan apreciarlas.