El 17 de abril de 1961 en Playa Girón, la aviación de combate revolucionaria abría sus alas al cielo de Cuba con una escasa y vetusta técnica recuperada.

Con ella y en combate desigual, la naciente Fuerza Aérea Revolucionaria logró obstaculizar el desembarco mercenario y abrió el camino seguro para que el pueblo cubano propinara en las arenas de Playa Girón la Primera Gran Derrota del Imperialismo en América Latina.

Cuando pocos minutos después del inicio del desembarco, aparecieron los viejos aviones que los enemigos creían haber inutilizado en los bombardeos a las bases aéreas cubanas del día 15 de abril, los nuestros derrotaban la aviación invasora y entre los derribados estaba el cadáver de un oficial norteamericano en activo; prueba material de la participación directa del gobierno de los Estados Unidos en los hechos que ellos mismos habían negado y presentado como una revuelta interna entre militares cubanos.

En Playa Girón emergió el compromiso irrenunciable de los cubanos de defender la Revolución o morir por ella, aún cuando muchos de aquellos jóvenes inexpertos completaron el entrenamiento al fragor de la batalla. Esa concepción de soberanía, dignidad nacional y amor al socialismo, multiplicó la valentía de los que combatieron en aquel abril.