El mejor estratega de su tiempo
Beber de la historia patria resulta siempre enriquecedor y estimulante, más aún si se tiene la oportunidad de conversar con alguien que la conoce como si la hubiera vivido, por más alejada en la línea del tiempo que parezca. Por eso dialogar con el doctor, historiador y pedagogo Eduardo Torres Cuevas es como soñar despierto.
Entre todos los héroes que admira hay uno que sobresale. Un brillo especial emana de sus ojos al referirse a Máximo Gómez Báez, a quien la historia ha dado, sin exagerar, el epíteto del Generalísimo. Con su palabra pausada y certera fue entretejiendo los hechos y, sin darme cuenta, me envolvió en un mundo colonial, lleno de hombres valiosos que con el filo del machete pretendían cortar las cadenas de su yugo.
Usted considera que hay tres facetas fundamentales de Máximo Gómez ¿Cuáles son?
—Después de participar en la guerra contra España en Santo Domingo, Gómez, se dirige a Cuba. Al llegar observa a un poeta organizar una contienda y comprende que, aunque su intención es noble, carece de nociones básicas, y por ello lo asesora en la preparación de la lucha. Esa es su primera gran faceta,: El organizador.
»En ese momento despliega su experiencia e inteligencia militar para conformar un proceso que permita tener una fuerza combatiente. Prueba de ello es la primera carga al machete, efectuada con una pequeña tropa contra las huestes españolas bien formadas y armadas. Así demostró su capacidad e introdujo un modo diferente y eficaz de combatir, capaz de derrotar incluso a un ejército profesional, y esto nos adentra ya a su segunda gran faceta:, El estratega.
»La tercera es la de instructor, y se demuestra tanto con su dedicación al fortalecimiento de sus tropas, como con la formación de nuevos oficiales que garantizarán la continuidad de la lucha, entre los cuales podemos citar nombres como Antonio Maceo y Calixto García, que llegaron a ser tan brillantes como él».
¿Cuál era su opinión sobre el regionalismo?
—El regionalismo es un suceso complicado porque a pesar de que afectó la causa estaba arraigado a hombres dispuestos a morir por su Patria, lo que lo hacía doblemente anti estratégico.
»Gómez tenía la capacidad de ver la guerra en su conjunto y, por supuesto, también era altamente consciente de este problema. Durante mucho tiempo trabajó para romper el concepto de localidad, pero siempre tuvo sus ojos puestos en Occidente, pues sabía que la guerra se ganaba o se perdía allí. De esta forma surge la idea de la Campaña Invasora.
»Su alumno más cercano, Antonio Maceo, también estaba absolutamente convencido de esto, pero la falta de visión de muchos jefes contra su idea de extender la lucha a todo el país propició su fracaso».
Refiérase a sus mayores campañas bélicas
—En la Campaña de Guantánamo rompió con la idea convencional de lucha y creó toda una concepción de guerra irregular para evitar el enfrentamiento directo y atacar dónde y cuándo él escogiera.
»Podemos citar también la Campaña Invasora del 95, a la que podemos calificar, con solo analizar estadísticas, como excepcional. A ella pertenecen los combates más icónicos del Ejército Mambí y el llamado Lazo de Matanzas, todo un hito estratégico en la época. Evidentemente la combinación Gómez-Maceo le dio una fuerza extra, pues ambos sabían colocar muy bien el sentido relativo de lo planeado en función de las realidades concretas y las tácticas a usar.
»Otra incursión igual de gloriosa fue la Campaña de La Reforma. En un terreno de pocos kilómetros, y con tropas mermadas, atrajo sobre sí al grueso de las fuerzas españolas y llevó a cabo el desgaste sistemático. El propósito era aniquilar al enemigo sin enfrentamiento armado, se sabía en total desventaja.
»Se basó en la lucha irregular, movimientos de tropas, emboscadas, privación del sueño y la incitación a ocupar zonas poco provechosas. Estos factores unidos al calor, los mosquitos, la humedad y las enfermedades propias del verano en la Isla brindaban el resultado de ganar sin combatir. De aquí surge la famosa frase de Gómez citando, los tres generales que ningún enemigo puede vencer son junio, julio y agosto».
¿Podemos decir que Máximo Gómez escribió páginas gloriosas como estratega en la historia universal?
—Pocos pensamientos universales, desde el punto de vista estratégico, tienen comparación con el de Máximo Gómez Báez. Winston Churchill, que era un feroz colonialista y que pretendía engrandecer al Imperio Británico, se personó en Cuba con el objetivo de estudiar su táctica, previendo así el uso de esta en su territorio. Esto nos da la medida de que a los más altos niveles del mundo se escuchaba sobre esta personalidad y su gloria estratégica, que fue única en países colonizados o por colonizar. Por supuesto antes de él hubo tácticas de resistencia, pero la suya estaba diseñada para resistir y vencer.
»Él estudió y modificó según las circunstancias creando, ante el asombro de los jefes militares del mundo, una estrategia para luchar contra ejércitos imperialistas, pues en esa época España era considerada como tal. Otro aspecto de su grandeza fue la reflexión en su diario de campaña de la valentía del soldado enemigo, y su lamento de no poder despedir correctamente y con honores al oponente, pues tenía como pauta el resguardo de sus hombres y el respeto al enemigo. Esa herencia ha permanecido como parte de la esencia del pensamiento militar revolucionario cubano y trascenderá en el tiempo».
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