Cuando los sueños toman altura
El cosmonauta regresa a Verde Olivo. Allí lo encuentro. Un motivo común lo conduce a esta casa editorial con la que saldó su deuda de escribir. Las exhortaciones del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque sirvieron de estímulo para las primeras publicaciones.
“En vida me insistió que lo hiciera antes de volverme demasiado anciano —cuenta el general de brigada (r) Arnaldo Tamayo Méndez a esta reportera—, un día me escudé diciéndole que no tenía tiempo y él me ripostó: ‘¿qué tú quieres decir, que yo sí tengo tiempo?’”.
El también Héroe de la República de Cuba y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas no necesitó más convencimiento para que en el año 2013 nos regalara Un cubano en el cosmos.
Encontrarlo este enero de 2023 en busca de la edición precisa para su nueva entrega literaria, confirma que es permanente el compromiso que contrajo de contar a las nuevas generaciones la historia vivida. “Es un deber —afirma—, el Comandante Almeida no solo me insistió para que escribiera, sino que fue ejemplo personal; pues legó al pueblo valiosos testimonios de nuestras guerras de liberación e incluso numerosas obras musicales”.
Próximo a cumplir 81 años y a pesar de la trascendencia que le generó ser el primer cosmonauta de América Latina y el Caribe, Tamayo conserva intacto el carácter del niño nacido en Guantánamo aquel 29 de enero de 1942.
La fama mundial no ha hecho mella en la naturaleza sencilla, tranquila, pero a la vez valerosa y jovial del joven que como destacado piloto se convirtió en cosmonauta, en virtud de la incorporación de Cuba al Programa Intercosmos.
Ese carácter singular ahorra cualquier protocolo al tenerlo cerca. Basta entregarse al diálogo. La empatía necesaria para entrevistarlo él mismo la propicia e incluso adereza con chistes y cubanismos.
Lo más retador resulta hacerle nuevas interrogantes, sabiendo que ha respondido tantas preguntas dentro y fuera de Cuba. Sin embargo, en esta ocasión, le cuenta a Verde Olivo qué experimentó al llegar a la Tierra:
“Mi vida cambió desde el punto de vista social después de haber participado en un evento de este tipo, que, además de político, se cataloga como de Ciencia. Estos fueron los dos factores fundamentales que originaron la realización del vuelo, donde los científicos cubanos aportaron la mayor cantidad de investigaciones a desarrollar.
”Yo era un piloto allá en Santa Clara y me conocían en mi círculo de trabajo y en el barrio; pero después de ascender al espacio cósmico mi vida cambió.
”La principal variación no fue biológica, sino social. La repercusión de aquel suceso resulta popular entre adultos, jóvenes y también en los infantes. Donde quiera que asisto sigue teniendo una connotación recordar aquel vuelo conjunto con el cosmonauta Yuri Romanenko, mi compañero y comandante de la nave Soyuz-38 en la cual viajamos”.
Ese interés que despierta en la generación más joven el espacio sideral acrecentó en nuestro entrevistado la necesidad de contarles sobre el hecho.
Para los que siempre sueñan con tocar las estrellas y acariciar la luna, Tamayo reprodujo otro libro sobre sus vivencias. “Con mis pequeños cosmonautas fue un regalo para explicarles a muchos niños, desde un leguaje cercano a ellos, su curiosidad sobre el espacio”, comenta.
Ese vínculo con los cubanos el general lo siente inquebrantable. Por eso no resulta extraño verlo en las calles durante la recuperación tras el paso de algún ciclón, recorriendo provincias para entregarles a los ganadores del concurso Amigos de las FAR la réplica del yate Granma. También en presentaciones de sus libros o dialogando en cualquier colectivo sobre disimiles historias.
A su memoria apenas escapan detalles vividos; por eso tiene el recuerdo de la familia lejana, esa que visita siempre que puede, allá en su tierra natal. Fruto de ese apego, de sus valores y principios revolucionarios, es diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular precisamente por este territorio.
Ahora, próximo a la fecha de su cumpleaños habla orgulloso de los 81; “que no son para descansar, sino para seguir aportando a las Fuerzas Armadas Revolucionarias”, asegura, pues hoy desde la institución armada se desempeña como asesor.
“Para mí significa mucho esa confianza que el pueblo mantiene en uno. Los niños sobre todo, que en la asignatura de Ciencias Naturales conocen del vuelo como parte de la historia del país.
”Es eso lo que me hace sentir comprometido, más, el saberme producto de la Revolución; porque aun siendo un niño pobre, nacido en Guantánamo, negro, sin futuro; tuve la oportunidad primero de convertirme en piloto de la fuerza aérea y luego la de representar a Cuba en un evento de tal magnitud”.
Pero al general Tamayo también sus méritos personales le permitieron conquistar sus sueños. Lo dijo el Comandante en Jefe en octubre de 1980 cuando pronunció el discurso durante el acto central por el Primer Vuelo Conjunto Soviético-Cubano al cosmos.
“Tamayo ha dicho aquí que se siente honrado, muy honrado, puesto que nuestro Partido y nuestro Gobierno lo escogieron para ser el primer cosmonauta cubano. Eso no es así.
”[…] Él es un símbolo del carácter, de la decisión, de la audacia, del valor, de la inteligencia y del espíritu revolucionario de nuestro pueblo; él simboliza a nuestros heroicos combatientes, a los heroicos combatientes que dieron su vida por el triunfo de la Revolución, por la defensa de la Revolución; él simboliza a los heroicos combatientes internacionalistas de nuestro pueblo; él simboliza a nuestros heroicos trabajadores internacionalistas; él simboliza a los vanguardias de nuestra clase obrera; él simboliza a los trabajadores ejemplares; él simboliza a los héroes del trabajo”.
Las palabras del líder histórico son orgullo sin igual para el general. Y si alguna vez hubiera que escoger a una persona para mostrar a qué altura la Revolución Cubana ha llevado a los pobres de la tierra, sin lugar a dudas, él sería un candidato.
Su vida misma, privilegiada por la oportunidad de saber qué hay más allá de las nubes, donde vio irradiar la luz del sol con mayor intensidad; es inspiración constante para hacer que lo que soñamos tome suficiente altura, hasta convertirse en realidad.
Fuentes Consultadas:
Un cubano en el cosmos. Arnaldo Tamayo Méndez. Casa Editorial Verde Olivo. La Habana, 2013.
Discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto central por el cumplimiento del primer vuelo conjunto soviético-cubano efectuado en El Palacio de las convenciones, el 15 de octubre de 1980.
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