“Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la pérdida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”, así expresó nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en junio de 1992 en Brasil.

Tal pensamiento mantiene su vigencia cada jornada, dadas las circunstancias que atraviesa el mundo. Incendios forestales, calentamiento climático, fenómenos meteorológicos…, son resultados de la falta de conciencia del ser humano. Sobre todo de los habitantes de países industrializados, los mayores contaminantes del planeta.

Por ello, en este Día Mundial del Medio Ambiente, en Cuba trabajamos por el desarrollo con una perspectiva ambientalista. Recogida en la Tarea Vida y la nueva Constitución; estos documentos abogan por la implementación de políticas para el enfrentamiento al cambio climático, el aumento de la cultura ambiental, la disminución de la contaminación, transformación de los patrones de producción y consumo; así como la sostenibilidad y resiliencia de la generalidad de asentamientos humanos en la Isla.

Bajo estas estrategias, los integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), asumen la protección ambiental con la misma intensidad y calidad que realizan la defensa de la Patria. Una labor que definen como imprescindible, para la seguridad nacional y el bienestar del hombre.

En las diferentes unidades y mandos delas FAR, la actividad de la repoblación forestal constituye una respuesta al llamado del General de Ejército Raúl Castro Ruz, a incrementar las plantaciones de árboles frutales y maderables en función de la alimentación, la economía y la protección del país. Al mismo tiempo, allí se cumplen con las medidas y acciones del Programa de Erradicación de Fuentes Contaminantes.

Ejemplo de ello es la siembra anual de unas sesenta mil hectáreas de tierra, para producir entre 90 y 100 millones de plantas, y contribuir a la producción de alimentos, la preservación del medio ambiente, aumentar la superficie boscosa de la nación y acondicionar el teatro de operaciones militares.

Para el cumplimiento de dicha tarea, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cuenta con una base reglamentaria, para instruir al personal con normas, medidas, marcos de plantación y las especies a sembrar en los distintos tipos de suelo.

Asimismo, cada ejército y región militar cuenta con viveros, conformados con la ayuda de especialistas del Ministerio de la Agricultura y entidades forestales del territorio y la provincia.

Vemos la diversidad de especies, que se desarrollan con abonos naturales. Entre las posturas destacan las de plantas maderables, frutales, ornamentales, medicinales…, sembradas en bolsas, tubetes y a raíz desnuda.

La supervivencia de estos sembradíos es resultado del cuidado minucioso de oficiales, trabajadores civiles y soldados, quienes tienen, además, el reto de sensibilizar a sus compañeros, con el gran desafío que conlleva su tarea. Para ellos, la siembra de un el árbol no es solo un compromiso militar, sino que establece saldar una deuda con el planeta.

Sin embargo, esta constituye solo una de las tantas maneras en las cuales los integrantes de las FAR fomentan la cooperación para que el Medio Ambiente sea sostenible. Ellos apuestan desde sus unidades porque cada acción cuente, pueda replicarse, y su impacto se convierta en garantía para el bien de la vida.