La Patria demanda rescatar valores. Fomentar las cualidades forjadas por una nación durante largos años de lucha es tarea perenne. Contamos con una herencia poderosa. Los próceres de la independencia han sintetizado en su comportamiento las mejores normas de conducta.

En Martí encontramos el principal legado. Nos enseñó a distinguir el bien del mal. La Revolución triunfante colocó en un lugar cimero su ejemplo, de cuya vida y obra emanan las costumbres en las que debe educarse el individuo desde edades tempranas. Apoyarnos en su guía para impulsar las prácticas de convivencia social constituye el camino.

La propaganda imperialista dirigida contra Cuba tiene el equívoco propósito de subvertir la ideología de nuestro pueblo. Hoy más que nunca urge conservar nuestros principios, esos que nos han permitido resistir las más cruentas vicisitudes, conscientes de que juntos somos invencibles.

Exponentes contemporáneos ratifican nuestra identidad y soberanía. Ramón, Fernando, René, Gerardo y Antonio expresan las tradiciones de un pueblo que lucha por mantener la independencia e igualdad ciudadanas.

Enfrentar los retos del presente y conservar la obra humana que nos ha antecedido supone cultivar cualidades positivas en el individuo, principal protagonista de su desarrollo en consecuencia con los preceptos que sustentan la sociedad.

Para ello resulta un espacio oportuno la familia, la escuela, las organizaciones y la sociedad en su conjunto. Fortalecer convicciones y conductas es parte circunstancial de la educación cubana. Promover en las nuevas generaciones los rasgos del hombre comunista, de forma tal que, una vez instalados, no pueda actuarse de otro modo que no sea en correspondencia con ellos.

El llamado de Raúl encarna un compromiso mayor y convida al “establecimiento de un clima permanente de orden, disciplina y exigencia en la sociedad cubana, premisa indispensable para consolidar el avance de la actualización del modelo económico y no admitir retrocesos contraproducentes”, expresó en la Primera Sección Ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Instruir signa un comportamiento acorde con los principios que nos caracterizan. Fidel lo ha enfatizado: “Educar es sembrar valores”.