Respuesta antiaérea y popular
Arriban 60 años de un acontecimiento que marca un conflicto invariable: la incapacidad imperialista para reconocer el derecho de Cuba a su independencia. Fue ese mismo el móvil que condicionó aquel ataque sorpresivo al país el 15 de abril de 1961; cuando aviones mercenarios bombardearon los aeropuertos cubanos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, en lo que constituyó el preludio de la invasión por Bahía de Cochinos para derrocar a la triunfante Revolución.
Sin previa declaración de guerra y con insignias cubanas para simular una rebelión interna, lo cual se pretendía demostrar a la opinión pública internacional, tres escuadras de aviones estadounidenses tripulados por mercenarios atacaron a la Isla con el objetivo de destruir en tierra los escasos y viejos aviones que conformaban la aviación de aquí y limitar la respuesta aérea a la invasión programada.
Pero la protección previa de esos aparatos y la valiente defensa antiaérea cubana, impidieron la completa destrucción de los medios revolucionarios.
El camuflaje de los aviones como miembros de los nuestros, permitieron que la sorpresa inicial causara víctimas inocentes entre civiles y combatientes. A pesar de ello la respuesta fue inmediata, los atacantes resultaron repelidos y una de las naves aéreas fue alcanzada por los proyectiles defensores, incendiada y se precipitó al mar.
Los bombardeos de los aeropuertos cubanos tuvieron un efecto contrario al esperado por el gobierno norteamericano. Los jóvenes combatientes demostraron su valentía y arrojo en la defensa de la Patria. En ello enaltece el ejemplo del artillero de apenas 23 años de edad Eduardo García Delgado, quien protagonizó en Ciudad Libertad un gesto que lo inmortalizó para la historia de las luchas del pueblo de Cuba, al escribir con su propia sangre el nombre de Fidel, mientras se sentía mortalmente herido. Con su aptitud, en medio de la muerte, expresaba a las futuras generaciones las profundas convicciones de aquella juventud cubana, dispuesta a todo en defensa de la Revolución.
También desde el exterior tuvo respaldo Cuba, porque coincidentemente aquella mañana en que se produjo el ataque mercenario, se iniciaban las sesiones de trabajo de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y desde allí el Canciller de la Dignidad, Raúl Roa García, usando su verbo encendido y revolucionario denunció valientemente ante el plenario de la ONU la vil agresión, de la cual responsabilizó al gobierno de los Estados Unidos de América.
El compromiso de los cubanos de defender su Revolución o morir por ella fue proclamado al siguiente día en el entierro de las víctimas, en lo adelante las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al pueblo, signarían nuestra definición patriótica.
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