Renacer desde el dolor colectivo

12 de Abril de 2024

Así quedó la tienda El Encanto tras el sabotaje. Foto: Archivo de Granma

Un acto terrorista destruyó totalmente una de las tiendas más prestigiosas y concurridas en la época neocolonial en Cuba: El Encanto; enclavada en un lugar céntrico de la principal urbe cubana era entonces paradigma de la burguesía del país.

 

Este exclusivo establecimiento fue una de las primeras propiedades nacionalizadas por la Revolución, motivo por el cual estaba en la mira de los terroristas. A su interés se sumaban además las condiciones contructivas que poseía la tienda, dimensiones y atractivo.

 

Contra ella, ahora en manos del pueblo trabajador, se movilizó todo el odio de la contrarrevolución dirigida desde Washington. Fue así que en la primera semana de abril, un petardo estalló frente a su puerta principal y seguidamente una llamada telefónica anunciaba que ese no sería el único.

 

Fue precisamente un empleado del propio local quien minó, literalmente, varios pisos del inmueble con petacas incendiarias, fabricadas con anterioridad por laboratorios de la CIA y enviadas a Cuba.

 

El protagonista del suceso abandonó el edificio convertido en una gigantesca ola de fuego que lo destruyó hasta los cimientos, pero fue detenido esa misma noche al intentar salir del país por la vía marítima.

 

Ese trágico día, 13 de abril de 1961, se encontraba de guardia la empleada Fe del Valle Ramos, fundadora de las milicias y dirigente del colectivo, quien murió entre las llamas cuando intentó rescatar fondos del sindicato.

 

En los inicios del siniestro se reportó como desaparecida, y solo después de una prolongada búsqueda fue encontrado su cadáver calcinado entre los escombros. Hoy el parque que se construyó donde estuvo el inmueble, lleva su nombre.

 

La destrucción de la tienda El Encanto, como acción terrorista,  tuvo éxito, pero junto al autor material fueron detenidos todos los implicados en este vil sabotaje y posteriormente sancionados por los tribunales.

 

El hecho, lejos de amilanar al pueblo, unió más a los trabajadores en la vigilancia de sus centros de trabajo, para frustrar otros intentos similares, en aquellos difíciles días previos a la agresión imperialista por Playa Girón.

  • Fe del Valle Ramos, fundadora de las milicias y dirigente del colectivo, quien murió entre las llamas cuando intentó rescatar fondos del sindicato. Foto: Tomada de Internet

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