Muerte frente al “bonche”
Transcurría el año de 1937 y Fulgencio Batista, considerando tener al país bajo control, autoriza la reapertura de la Universidad para devolver la autonomía a ese centro.
Permanecía sin embargo la rebeldía estudiantil y el jefe del Ejército, ya presidente para 1940, busca la manera de combatirla sin emplear los cuerpos policiales.
De su despiadada estrategia surge el “bonche” universitario, una táctica criminal para pugnar las protestas estudiantiles a través de un grupo de estudiantes pseudorevolucionarios, agresivos, que estuviesen bajo su control y mediante la violencia e intimidación dominaran las distintas escuelas para evitar futuros actos de rebeldía.
De entre esos bisoños rebeldes opuestos a tan macabra idea, sobresalió uno que desde temprana edad se hizo partícipe de las primeras inquietudes universitarias: Ramiro Valdés Daussa veía en ese sitio hogar, trinchera, conciencia y esperanza.
Por esa razón el entonces profesor de la Cátedra de Dibujo en la Facultad de Ingeniería de la Universidad se ofreció para combatir el movimiento terrorista que, como manifestación de la corrupción política imperante, amenazaba con socavar el prestigio de la casa de altos estudios.
Los bonchistas sembraban el terror dentro y fuera de los predios universitarios. Procedían de los institutos de segunda enseñanza de La Víbora y de La Habana, y algunos de ellos, sin haber concluido del bachillerato, lograban matricular gracias a la falsificación de certificaciones y diplomas.
Los delincuentes no tenían límites en sus actuaciones. Llegaron incluso a secuestrar a un delegado de asignatura para impedir su voto en las elecciones de una escuela. Amenazaban, coaccionaban a profesores, falsificaban documentos. En estado de embriaguez rompían todo lo que estuviese a su alcance en la cafetería de la Escuela de Derecho. Robaban automóviles.
Llegaron los bonchistas a tal extremo que el profesor Valdés Daussá se dispuso a pedir al rector que lo nombrase jefe de la policía universitaria. Su solicitud fue concedida tras un incidente sin límites, Valdés Daussá sería el jefe de la policía y como segundo su auxiliar de cátedra, el estudiante Manuel de Castro. No aceptaron salario alguno por su trabajo.
En lo adelante hizo lo imposible por restablecer la disciplina en el alto centro docente.Cuando con su empeño y el de los demás estudiantes logró disminuir las actividades delictivas, los bonchistas decretaron su muerte.
Lo asesinaronel 15 de agosto de 1940, cerca del propio escenario de su vida, en la esquina de la calle Mazón y Neptuno, en la capital. Luego se supo que los matones estaban vinculados a hombres de confianza de Fulgencio Batista.
Estaba por cumplir 31 años de edad. De ellos la mayor parte dedicados a la Revolución y a la Universidad. Mas el tiempo transcurrido desde entonces no ha borrado el ejemplo de Ramiro Valdés Daussa, quien logró situarse entre las figuras representativas que la Universidad de La Habana atesora en su historia.
Comentarios
En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.