El Incendio de Bayamo aquel 12 de enero de 1868, hizo también cenizas todos los archivos de la urbe. Posterior al hecho sería imposible gestionar allí informaciones previas a ese año, sobre los hombres y mujeres que nacieron antes de la quema de la cuidad y que lucharon en las contiendas independentistas.

Sucedió así con el compositor de la marcha guerrera devenida en el Himno Nacional de nuestro país. ¿Cómo era posible entonces comprobar la fecha de nacimiento de Perucho Figueredo si todo había desaparecido?

Cada 29 de julio, durante varias décadas, se conmemoró su natalicio. Quien refrendó ese día (reconocido hasta hace muy poco en la historiografía cubana), fue el patriota independentista Fernando Figueredo Socarrás, en un discurso a los miembros de la Academia  de la Historia de Cuba en 1929.    

A la divulgación del momento le sucedieron otros autores con aportes diversos adjudicados al nacimiento del prócer bayamés, también sus descendientes dieron el suyo. En tanto, no existía de parte alguna, un documento que validara la data exacta.

El máster en ciencias sociales (MSc.) Ludín B. Fonseca García historiador de la Ciudad de Bayamo, precisó la verdad gracias a la investigación que emprendió y terminó con el hallazgo del expediente universitario del patriota, donde encontró una partida de nacimiento y una limpieza de sangre.

En la papelería de la Universidad de la Habana, apareció que el verdadero día del nacimiento de Perucho fue el 18 de febrero de 1818. Fonseca hurgó en los archivos de esa institución donde estudió el poeta bayamés.

Cuando el periódico provincial La Demajagua dio a conocer el descubrimiento, previo al bicentenario del natalicio de Pedro Felipe Figueredo Cisneros (Perucho), se puso fin a la falta de consenso que existía con respecto a ese momento histórico. 

Al mismo tiempo, la revelación aclara el hecho de que Carlos Manuel de Céspedes presidió algunas reuniones conspirativas por ser el patriota de mayor edad, pues entonces era el Padre de la Patria menor que Figueredo.

La precisión sobre el inicio de la vida del Perucho de la historia cubana, más que aclaración, nos convida a la remembranza diaria del hombre apasionado de las artes, reacio al servilismo y la injusticia, que prefirió ser fusilado antes que renunciar a sus ideas independentistas.

El himno que nos estremece es tan digno de alabanza como él, su creador. Por lo que simboliza en las páginas de la historia Patria, en la conformación de nuestra identidad nacional y en la representación de Cuba para el mundo, merece el respeto permanente de todos los que tenemos sembrado en nuestros corazones el amor a Cuba y sus símbolos.