¿Quién fue Serafín Sánchez Valdivia? Aquel que inició, a temprana edad, su trayectoria combativa de las tres guerras por la independencia de Cuba. El hombre nacido un día como hoy, 2 de julio del año 1846 en Sancti Spíritus, conquistó la admiración y el respeto de sus compañeros de lucha.

Fue además quien dejó su huella en la historia del magisterio cubano durante el breve periodo en que ejerció esa labor, en una escuelita de campo, donde además de dar lecciones sobre educación cívica y enseñar las primeras letras, templó el carácter y la moral intachable del general honorable en que se convertiría después.   

En la vida del joven mambí destaca su incorporación a la guerra con apenas 23 años. Antes, había establecido contactos con los principales jefes de la insurrección en Sancti Spíritus; alzándose en armas contra el colonialismo español el 6 de febrero de 1869, en la finca Los Hodones, al frente de decenas de hombres.

Después de enfrentarse al gobierno opresor de España, su vida se convirtió en una batalla eterna por la libertad de Cuba. Participar en difíciles combates contra las tropas colonialistas, constituyó méritos acumulativos para su desempeño y grados militares dando muestras de su índole de luchador incansable, por lo que fue ascendido rápidamente hasta alcanzar la más alta jerarquía en el Ejército Libertador cubano.

Al inicio de La Guerra Chiquita, Sánchez Valdivia tomó las armas en Las Villas para seguir al movimiento revolucionario que se había iniciado en el Oriente de la Isla. Después del fracaso de  ésta se trasladó a Santo Domingo junto a Gómez y luego viajó a Estados Unidos y a Cayo Hueso, donde se destacó como colaborador de Martí para organizar la Guerra Necesaria e incluso, sirvió de puente de unión entre los veteranos del 68 y los llamados pinos nuevos.

Se convirtió, junto a Máximo Gómez y Antonio Maceo Grajales en uno de los principales jefes de la gesta del 95, mostrando en todo momento un alto sentido de pensamiento y una amplia visión política.

Luchó bajo las órdenes de estos importantes jefes militares y cruzó en varias ocasiones la peligrosa trocha  de Júcaro a Morón además de participar en más de 120 combates contra el ejército español.

El general Serafín Sánchez Valdivia sobresalió por la rectitud de su carácter y conducta intachable. Hombre de excepcional abnegación, cuyo patriotismo, le permitió sobreponerse a las duras pruebas de la manigua y a la desunión de los cubanos. Su hoja de servicios resguarda los méritos que lo enaltecen y hacen valeroso.

No limitó esfuerzos por la independencia de la Patria. Y para el Apóstol, quien lo estimó sobremanera, fue: “[…] De sólidos méritos y limpio corazón […] De soldado anduvo toda Cuba y adquirió gloria justa y grande […]”.

Fuente consultada: Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510-1898). Tomo 1. Biografías, páginas 264, 265 y 266.