Una tarea de futuro
Las plantas proteicas son reconocidas por su alto valor nutricional para el ganado. Sus propiedades medicinales inciden de forma positiva en la salud de los animales y varios estudios registran una amplia productividad asociada a su consumo.
El Programa Cubano de Plantas Proteicas fue iniciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en 2011. En sus inicios se pensó solo en su uso para especies animales, pero meses después quedó probada su valía como un suplemento nutricional humano.
Hasta el batallón Sierra Maestra perteneciente a la Jefatura Territorial de La Habana llegó Verde Olivo para dialogar sobre el tema.
Con el machete en mano
Esta unidad, subordinada al Ejército Juvenil del Trabajo, centra su misión en la labor con especies como la moringa, morera, tithonia, sacha inchi, cratylia y acerola. En sus cuatro fincas se vela por la calidad de los procesos que permiten su correcto sembrado, crecimiento y obtención.
«Somos responsables de la materia prima de más del 90 % de los medicamentos derivados de las plantas proteicas. La moringa particularmente es muy usada para combatir la diabetes. De ella se obtienen, además, alternativas comestibles que contribuyen a la nutrición de estos pacientes sin alterar negativamente su condición», expresó el mayor Antonio Boy Soriano, jefe de batallón.
Los soldados, con dos jornadas diarias de cuatro horas cada una, ponen todo su empeño en las labores del campo. Muchas son las historias de superación y crecimiento personal que encierran sus jóvenes vidas.
Ejemplo de ello es el habanero Jorge Raidel Abreu Portuondo. Para él los machetes, la vida campesina y trabajar de sol a sol parecían algo lejano. Fue en este campamento donde aprendió la labor campestre y hoy la ejerce de forma magistral. «Entre mis funciones se encuentra el trabajo con la morera. Me siento muy útil pues esta planta se utiliza para alimentar al gusano de seda, que a su vez trae muchos beneficios para la industria textil. De él se extrae, además, materia prima para confeccionar el hilo de sutura, por lo que estamos contribuyendo con nuestro trabajo a sustituir importaciones y acrecentar la economía del país», refirió.
Por otra parte Adrián Alejandro Torres Verdecia trabaja con animales. Dice sentirse muy cómodo pues desde su niñez, en la oriental provincia de Santiago de Cuba, realiza estas labores que hoy considera su oficio.
«Lo más duro ha sido estar lejos de mi familia, tengo una niña pequeña y la extraño muchísimo, pero comprendo la necesidad de mi tarea y de cumplir con el Servicio Militar Activo. Vengo de un hogar muy revolucionario, por lo que mis padres están muy orgullosos de todas mis labores», acotó.
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