Por siempre Almeida
Juan Almeida Bosque nació en La Habana el 17 de febrero de 1927. Fue el segundo de doce hermanos, un sencillo albañil hasta que se sumó a la lucha revolucionaria tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952.
A partir de ese momento su historia fue casi la misma que la de la Revolución. En 1953, participó en el ataque a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, sufrió presidio, fue exiliado a México y formó parte del grupo de 82 expedicionarios del yate Granma que desembarcó en el oriente de la Isla.
En la lucha de la Sierra Maestra destacó pronto como líder guerrillero. Fue ayudante del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y uno de los primeros en ser nombrado comandante. Su icónica frase «¡¡aquí no se rinde nadie!!» ha acompañado a los cubanos por varias generaciones.
Fue fundador del Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy, en el noroeste de Santiago de Cuba. Allí dirigió a su tropa hasta la victoria el 1 de enero de 1959.
Al triunfo de la Revolución Almeida ocupó altos cargos en el Ejército Rebelde, entre ellos la jefatura del Estado Mayor y de la Aviación, y llegó a ser mimbro del Buró Político y viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Su lealtad al pueblo cubano así como a Fidel y Raúl Castro Ruz, siempre fue palpable y junto a ellos protagonizó los principales hitos del proyecto socialista cubano.
Dedicó gran parte de sus esfuerzos a la fundación y presidencia de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y su contribución y legado a la cultura de la Isla se traduce en las más de doscientas canciones que compuso, entre las cuales destaca La Lupe.
La muerte, aunque es natural para todos, los sorprendió el 11 de septiembre de 2009 a los 82 años y su pueblo sintió el dolor profundo de perderlo. Sus restos descansan desde entonces en la bóveda superior del Mausoleo de los Héroes y Mártires del III Frente Mario Muñoz Monroy, el lugar desde donde dirigió la Columna No. 3 hacia la victoria definitiva.
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