Transgresión centenaria y hostil

16 de Febrero de 2022

El territorio ilegalmente ocupado por el gobierno de EE.UU en Cuba fue resultado del Convenio para las Estaciones Carboneras y Navales. Fuente: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo.

Desde hacía algunos años Tomás Estrada Palma había traicionado las ideas de José Martí y el Partido Revolucionario Cubano (PRC), pero el 16 de febrero de 1903 conspiró contra todos los habitantes de la Mayor de las Antillas cuando ―como Presidente de Cuba― firmó la cesión del territorio de Caimanera a Estados Unidos (EE. UU.) para implantar una base naval.

 

Con su rúbrica cedía para este asentamiento en la bahía de Guantánamo unos 117,6 kilómetros cuadrados del territorio nacional, los cuales continúan ocupados en contra de la voluntad del pueblo cubano hace ya 119 años.

 

Acciones entreguistas

 

Aseveran los historiadores que la signatura de este convenio de arriendo de la bahía de Guantánamo en condición de base naval durante el tiempo que fuera necesario, se realizó en una ceremonia íntima en el palacio de Gobierno, la cual fue continuada el día 23 de febrero en Washington, donde también se refrendó el documento por el presidente Theodore Roosevelt.

 

De esta manera, se cumplía lo estipulado en la Enmienda Platt, impuesta a la Asamblea Constituyente cubana en 1901 por el gobierno de EE. UU. como apéndice de la primera Constitución de la República.

 

En el artículo VII de dicho documento se exigía la cesión a perpetuidad de las bahías de Nipe y Bahía Honda, y las de Cienfuegos y Guantánamo, para su empleo como bases navales o carboneras. Sin embargo, ante la fuerte reacción popular, el pedido se limitó a Bahía Honda y Guantánamo, mas se optó por la última de forma inmediata.

 

Entre los invitados a la sesión del 16 de febrero se encontraban funcionarios cubanos descontentos con la decisión del presidente y diplomáticos estadounidenses satisfechos, partícipes todos del inicio de más de un siglo de transgresiones a la soberanía de la Isla.

 

La actitud de Estrada Palma también fue rechazada por veteranos y dirigentes independentistas que estaban segmentados y desalentados como consecuencia de una estrategia yanqui, lo cual impidió un contundente movimiento en contra de los planes imperialistas.

 

Incluso afirman que fue tanta la humillación que provocó aquel acto entreguista en algunos representantes del gobierno cubano, que ninguno participó el 10 de diciembre de 1903 en la ceremonia realizada en un acorazado estadounidense en la bahía de Guantánamo, con la cual se inició la ocupación de ese lugar.

 

A la llegada del navío estadounidense, el patriota Manuel Sanguily le expresó a su amigo Enrique Trujillo: “Han visto a Guantánamo, ¡Jamás renunciarán a poseerla!”, y sus palabras se convirtieron en hechos.

El establecimiento de esta base en Cuba garantizaría, junto al Canal de Panamá, el control de la comunicación entre los océanos Pacífico y Atlántico de las flotas del naciente imperio para ejercer su hegemonía sobre las rutas que enlazaban América del Sur con Europa y Asia.

 

Además, durante la lucha de liberación los aviones de la dictadura se abastecían de combustible y municiones en sus aeropuertos con el fin de agredir a los campesinos de la Sierra Maestra.

 

Tras el triunfo de la Revolución este enclave hostil se convirtió en un espacio permanente de agresión al país y de apoyo a las organizaciones contrarrevolucionarias que recibían de allí el material necesario para sus acciones. Incluso, desde ese sitio salieron los proyectiles que asesinaron a los combatientes Rubén López, Ramón López Peña y Luis Ramírez López, en 1961, 1964 y 1966, respectivamente, y han sido heridos otros miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

 

Desde 1994 la voluntad cubana de evitar provocaciones en el perímetro de la instalación norteamericana ha permitido que exista un clima de concordia en el área fronteriza. Sin embargo, este sitio ha sido convertido en lugar de detención y tortura de prisioneros, víctimas de la llamada guerra contra el terrorismo.

 

A pesar de los 119 años transcurridos sin lograr poner fin a este insulto a la Patria, los cubanos no renunciaremos a nuestro derecho sobre la zona ocupada en Guantánamo desde aquella mañana de febrero de 1903, cuando un presidente traicionero entregó un trozo del país al imperio. Por ello, mantendremos el reclamo permanente del territorio usurpado y continuaremos integrando la comunidad internacional a nuestra reivindicación.

 

  • La séptima cláusula de la Enmienda Platt obligaba a ceder terrenos como Caimanera para el establecimiento de bases navales y carboneras. Fuente: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo.

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