Gloria eterna

07 de Diciembre de 2021

El Comandante en Jefe y el presidente Dos Santos rindieron homenaje a los caídos. Fuente: Tomado de Trabajadores

El 7 de diciembre de 1989 el cielo estuvo vestido del color de la tristeza y hubo lluvia. Justo cuando se cumplía el 93 aniversario de la caída en combate de uno de los más insignes soldados de nuestra Patria: el mayor general Antonio Maceo Grajales y su ayudante, el capitán Francisco Gómez Toro, hijo del General en Jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez.

 

Ese jueves, la naturaleza no se equivocaba al mostrar la nostalgia que muchos cubanos trataban de disimular, pues en el Cacahual, lugar donde se le rinde homenaje eterno al Titán de Bronce y su asistente, se realizó la ceremonia nacional de despedida de duelo de los 2 289 cubanos caídos durante el cumplimiento de misiones militares y civiles, de ellos 2 016 en la República Popular de Angola.

 

Durante el solemne acto, el Comandante en Jefe Fidel Castro resaltó en su discurso el significado simbólico del día seleccionado: “Al escoger esta fecha para dar sepultura a los restos de nuestros heroicos combatientes internacionalistas caídos en diversas partes del mundo, fundamentalmente en África, de donde vinieron los antepasados de Maceo y una parte sustancial de nuestra sangre, el 7 de diciembre se convertirá en día de recordación para todos los cubanos que dieron su vida no solo en defensa de su patria, sino también de la humanidad. De este modo, el patriotismo y el internacionalismo, dos de los más hermosos valores que ha sido capaz de crear el hombre, se unirán para siempre en la historia de Cuba”.

 

Dolor y llanto se veían y escuchaban por doquier. Madres, padres, esposas, hijos, hermanos…, no podían detenerlos, pues de ellos estaban repletos los recuerdos de sus seres queridos caídos en tierras lejanas, pero también sentían mucho orgullo, al saberlos muertos como héroes en el cumplimiento del deber sagrado del internacionalismo.

 

Culminaba así la Operación Tributo que trajo a la Patria los restos de sus hijos buenos, quienes entregaron la vida en defensa de nobles principios y quedaron para siempre en la historia de Cuba.

 

Este día, toda la luz de Cuba se almacenó en las lágrimas, sobre todo cuando, al concluir la trasmisión, de manera simultánea en todos los rincones del país se sepultaron a los caídos, cuyos féretros estaban cubiertos con la bandera cubana y acompañados por ofrendas del Comandante en Jefe y del General de Ejército.

 

A partir de entonces, como avizoró el líder de la Revolución, el 7 de diciembre fue de recordación para los cubanos, que dieron su vida en defensa de los nobles principios de la solidaridad.

Por ello, rendir homenaje diario a los miles de valientes que a más de 10 mil kilómetros de casa demostraron al mundo, que los cubanos son capaces de entregarlo todo por la causa justa de la libertad, aunque no sea en su nación.

 

Para nuestros jóvenes, el legado de los internacionalistas que dieron su vida por la emancipación del cono sur africano y nuestra propia salvación, en tiempos de inminente agresión, debe ser de: ¡Gloria eterna!

 

  • La muerte en nombre de la vida. Fuente: Tomado de Cubadebate

  • Al decir de Fidel: “Ellos murieron por la patria revolucionaria y digna que es Cuba hoy. Fuente: Tomado de Cubadebate

  • Ante los féretros desfilaron estudiantes, trabajadores, amas de casa, campesinos, milicianos… Fuente: Tomado de Cubadebate

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