Libros

Tal vez no sea imprescindible repetir la frase de aquel anuncio de la Venecia entonces pionera de la publicidad turística. Asumo, sin embargo, el riesgo para decir que los periodistas debemos tener como patrón la frase de «Vivir no es necesario; viajar es necesario». Y no pretendo —¿está claro?— con- vertir a mis colegas, ni a mí mismo, en turistas. Sería una propuesta indigna de nuestro oficio, en cuyo ejercicio andamos por aquí o por allá, dentro de Cuba o fuera de ella con el propósito de hallar actos, personas y personajes con los cuales divulgar la crónica del presente, y nutrir la historia, que juzgará si obramos con acierto o si la tinta moral no nos alcanzó para llegar a lo más humano de los acontecimientos.

 

Herido en una emboscada durante el cumplimiento de una misión internacionalista, el coronel Orlando Cardoso Villavicencio, fue hecho prisionero por tropas somalíes, y sometido a un cruel régimen carcelario durante diez años, siete meses y un día.

 

En el reducido espacio de su celda, nacieron Wendy y El duque Pedro y El reino embrujado. El primero, narra historias fantásticas sobre brujas, dragones, gigantes y otras creaciones de la fantasía; mientras que en el segundo, un malévolo hechizo castiga a un reino. Ambos cuentos, constituyen los únicos lazos, que  atarona Cardoso Villavicencio a su infancia y al mundo exterior que le negaban, convirtiéndose en muestra de la voluntad y la sensibilidad de este hombre, que hoy ostenta el título de Héroe de la República de Cuba.

 

Tal y como fueron escritos originalmente, y bajo el sello de la Casa Editorial Verde Olivo, llegan estas obras a manos de los pequeños de casa, como parte de las actividades de la XXX Feria Internacional del Libro de La Habana, en esta ocasión de forma digital.

 

Quizás resulte extraño que un combatiente, en lugar de contar historias de guerra, escriba cuentos de hadas. La razón habría que buscarla en la soledad de su cautiverio. Allí, lejos de la patria y la familia, escribir fue la única manera de continuar luchando por vivir.

 

Más que una quimera de apariencia infantil o simples historias para niños, entre sus páginas encontramos, la fe de un hombre que no pudo ser destruido.

 

Herido en una emboscada durante el cumplimiento de una misión internacionalista, el coronel Orlando Cardoso Villavicencio, fue hecho prisionero por tropas somalíes, y sometido a un cruel régimen carcelario durante diez años, siete meses y un día.

 

En el reducido espacio de su celda, nacieron Wendy y El duque Pedro y El reino embrujado. El primero, narra historias fantásticas sobre brujas, dragones, gigantes y otras creaciones de la fantasía; mientras que en el segundo, un malévolo hechizo castiga a un reino. Ambos cuentos, constituyen los únicos lazos, que  atarona Cardoso Villavicencio a su infancia y al mundo exterior que le negaban, convirtiéndose en muestra de la voluntad y la sensibilidad de este hombre, que hoy ostenta el título de Héroe de la República de Cuba.

 

Tal y como fueron escritos originalmente, y bajo el sello de la Casa Editorial Verde Olivo, llegan estas obras a manos de los pequeños de casa, como parte de las actividades de la XXX Feria Internacional del Libro de La Habana, en esta ocasión de forma digital.

 

Quizás resulte extraño que un combatiente, en lugar de contar historias de guerra, escriba cuentos de hadas. La razón habría que buscarla en la soledad de su cautiverio. Allí, lejos de la patria y la familia, escribir fue la única manera de continuar luchando por vivir.

 

Más que una quimera de apariencia infantil o simples historias para niños, entre sus páginas encontramos, la fe de un hombre que no pudo ser destruido.

¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? son algunas de las preguntas que la obra El último general mambí caído en combate pretende responder a través de la historia del brigadier Adolfo Laureano del Castillo Sánchez.

 

El volumen, bajo el Sello de la Casa Editorial Verde Olivo, pretende romper las fronteras del olvido y dar a conocer los orígenes y trayectoria de este patriota que, con el filo del machete, escaló los más altos peldaños del Ejército Libertador en la región habanera.

 

Valentín Molina Piñeiro, su autor, hace llegar al lector un proyecto que abarca desde su niñez hasta la posterior incorporación a las filas mambisas y los progresivos ascensos. Además, dará a conocer su heroica caída en combate y los tributos que la sociedad cubana le ha conferido por su distinguida existencia.

 

Conformado por breves cronologías, anexos y testimonio gráfico, la investigación descansa en el análisis exhaustivo de las variadas fuentes documentales y bibliográficas. Sirva entonces esta publicación como preámbulo y motivación para futuros estudios sobre los patriotas menos recordados de las gestas independentistas de Cuba.

Cuando José Eusebio Chirino Camacho me pidió prologar Estebanico, un negro en la conquista de la Florida, tanto fue mi asombro que aún no estoy convencida de este gran premio.

 

Este autor, hombre de incesantes búsquedas, más que en mí, de nuevo encontró en Verde Olivo la editorial exacta donde publicar su aventura, género que cultiva con sabiduría y que ya los lectores distinguen desde el 2018, por las Aventuras del Pelú de Mayajigua.

 

Estebanico… remarca la acuciosa investigación de Chirino e impone al lector curiosidad por conocer cómo se las ha agenciado para «jugar» con la realidad, porque sumergido en la narrativa y la aventura permite apreciar los pasajes históricos sin abandonar los hechos.

 

Así es la presente obra. Es querer descubrir personajes desconocidos, aunque en adversidades de la vida y truncas las esperanzas de Esteban, que lo llenaron de fuerzas y voluntades para sobrevivir en una etapa tan difícil como la esclavitud. Enfrentamientos, ataques, el milagro de escapar, en fin la vida era un infierno para Estebanico, como lo llamó su amo.

 

Entre aventuras y desventuras nació el protagonista de estas páginas, quien pudo ser cualquier negro de la época. El escritor por la manera en que narra una época poco divulgada motiva a descubrir y valorar, además a convertirnos igual que él, en un empedernido aventurero de la historia y sus realidades.

 

Por eso le agradezco hacerme cómplice de lo que escribe, pero también a guardar para siempre la satisfacción de haber cumplido con un Volver al Índice Estebanico... / José Eusebio Chirino Camacho | 8 humilde yaguajense, orgulloso de su terruño e hijo del general Serafín Sánchez como yo. Gracias Eusebio, por lo que aportas a la historeografía de nuestra patria.

 

 

 

 

Tiene esta obra la gran virtud de la desmitificación. Los temas que la componen, dan luz sobre contenidos mal tratados por la historiografía tradicional, o mal contados por los medios y la tradición oral. Se trata, por tanto, de una obra de justicia histórica, útil e imprescindible, que toca, con rigor científico, las fibras más sensibles de una región de nuestro país, de un conglomerado social con identidad propia y dentro de la historia misma de la nación cubana.

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