El Centro de Investigación y Desarrollo de Simuladores (Simpro) se asemeja a una col­mena. Ahí priman la consagración a la labor, el amor por lo que se hace y el conocimiento de su colectivo de la importancia de la actividad que realiza para el desarrollo del país.

Cerca de doscientos trabajadores en sus distin­tos departamentos integran ese polo, destacados y conscientes de su papel en la actualización del modelo económico cubano, de ellos, el 70 % está ubicado en el área técnico-profesional.

El ingeniero mecánico Patricio Moreno Quin­tana, director de investigaciones de Mecánica, con 30 años en las Fuerzas Armadas Revolucionarias(FAR), es ejemplo de todos los que se integran a la gran col­mena laboriosa de Simpro. Refiere que dicho establecimiento cuenta con tres secciones fundamentales: los servicios co­nexos, que incluyen contabilidad, finanzas, transporte, per­sonal, etc; investigación, con todo el arsenal de científicos; y producción, encargada de la fabricación de los distintos tipos de simuladores.

Este centro, único de su tipo en Cuba, investiga, fabrica y brinda servicios de mantenimiento a los equipos simuladores. Estos son utilizados para el entrenamiento en ambientes vir­tuales en la preparación combativa de las tropas en unidades militares.

Según explica Patricio Moreno, quien habla con una pa­sión desbordada al sentirse padre e hijo de Simpro, que cuan­do concluyó su carrera como ingeniero mecánico en 1990 en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Eche­verría fue llamado a cumplir el servicio social como oficial de las FAR. Señala, además, que él proviene de una familia de militares.

Inicialmente se desempeñó como oficial de Explotación y primer oficial de blindado en un Regimiento de Infante­ría Motorizada, y al concluir el servicio social le ofrecen dos opciones: quedarse en las FAR o incorporarse a la vida civil. Aclara que su interés no era trabajar en la parte de manteni­miento y mecánica, sino como investigador, lo cual era posi­ble si se reincorporaba a las FAR siendo civil para laborar en un centro de investigaciones y desarrollo.

Entonces, en 1994 le ofrecen incorporase a ese desempe­ño, y al ponerse en práctica la preparación para la doctrina de la Guerra de Todo el Pueblo fue necesario crear un siste­ma que evitara las prácticas combativas tradicionales con el gasto de combustible. “Fueron momentos difíciles y en esas circunstancias es que sale a relucir el talento de los hombres y recordamos que Fidel había dicho que el país tenía que ser necesariamente de hombres de ciencia y Cuba tenía un capi­tal inmenso de profesionales preparados en muchas materias científicas”, destaca Patricio Moreno.

Un hijo de la Revolución

Patricio se define como un hijo de la Revolución formado por las circunstancias y consciente de cuál sería su papel en el ámbito de la investigación. Explica que en ese tiempo se crea el microprocesador Pentiun, capaz de representar, por sus ca­racterísticas, parte del escenario, es decir, una simulación de realidad virtual. “Con mucho esfuerzo en 1994 inscribimos la realización de un simulador de conducción de tanques. Nos dan los recursos necesarios y es así como creamos el prime­ro”, explica Patricio.

Destaca la visión de Fidel y sobre todo del General de Ejército Raúl Castro Ruz, hoy Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, de buscar soluciones mediante un amplio desarrollo de la ciencia y técnica dentro de las FAR y agrega que se da seguimiento estricto al proyecto presentado. “En casi dos años construimos el primer simula­dor de conducción de tanques”.

También señala que él entró al proyecto como especialista de mecánica de Tanque y Transporte. El núcleo inicial del pro­yecto lo integraban un ingeniero en software, otro electrónico y un jefe de sistema. “Éramos cuatro y con dedicación cons­truimos en 1996 el simulador”. Para probar la efectividad del equipo se llevó a la Escuela Interarmas General Antonio Ma­ceo, Orden Antonio Maceo.

Refiere que se probó con un grupo de estudiantes en el simulador y otro haciendo el entrenamiento tradicional. Al final fue difícil distinguir quiénes pasaron por el simulador y quiénes no, lo que demostró la valía de aquel aparato.

Presentaron el producto a la Academia de Ciencias y lo­graron el primer título como mejor trabajo científico del año. Después entre 1997 y 1998 laboraron en un simulador de tiro para armas de Artillería. En febrero de 1998, Raúl visitó el Centro de Investigación y Desarrollo de Tanque y Transporte, como se nombraba inicialmente esa entidad. Señala Patricio que ya la institución tenía dos resultados: el simulador de tiro y el de tanques. “Raúl orientó establecer una política para el desarrollo de simuladores en las FAR. Entonces en diciembre de ese año se firmó la política diseñada y en el año 2000 se creó el Centro de Investigación y Desarrollo de Simuladores, Simpro”.

Simuladores también para la enseñanza

Patricio se considera un eslabón de esa rica cadena de especialistas y trabajadores que con su constancia crearon y desarrollaron el SIMPRO, teniendo como premisa esencial el amor e interés por el avance de las FAR. Hoy esa política abarca la creación de simuladores para todo tipo de ar­mas y ya están ubicados en las principales institu­ciones docentes de la enseñanza militar.

“Una vez consolidados los simuladores en las FAR fue necesario brindar apoyo a la econo­mía y se estableció su aplicación en la vida civil. Por ejemplo: en la escuela de automovilismo, la aviación civil, en la formación de choferes de óm­nibus urbanos, en la marina y en la empresa de elevación de izaje, entre otras”, refiere Patricio.

Destaca nuestro entrevistado que el com­plejo de simuladores de Patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria, que es de gran re­levancia, fue realizado por Simpro, además señala que todos los equipos existentes en el país se hacen en este centro.

“Hoy trabajamos en función de vincular­nos más con otras empresas que nos convie­nen por nuestro desarrollo en lo relacionado con el encadenamiento productivo, que es la correspondencia entre distintos estableci­mientos afines”.

Refiere que ellos tienen experiencia internacional por el trabajo de fabricación de simuladores lo que constitu­ye una contribución económica. “Tenemos vocación de servicio, o sea, resolver un problema con el menor costo y de relevancia para el país”.

“Laboramos en un ciclo cerrado: investigamos, desarro­llamos, producimos, instalamos, reparamos, desinstalamos o modernizamos. Somos responsables de nuestros produc­tos desde que nacen hasta que mueren. También desarro­llamos la exportación de estos simuladores y sus servicios asociados”.

El Centro de Investigación y Desarrollo de Simuladores labora actualmente en estrecho vínculo con el Ministerio del Interior, que soli­cita equipos para múltiples actividades acadé­micas. Ese establecimiento trabaja hoy en 25 tipos diferentes de simuladores.

El ingeniero mecánico Patricio Moreno Quin­tana es investigador auxiliar y su labor, al igual que la de sus valiosos compañeros de la colme­na, trasciende las fronteras de la Patria y va hacia otros confines.