La segunda victoria de Girón

15 de Abril de 2024

Desde la mañana del 29 de marzo hasta el 7 de abril de 1962 se realizó el juicio a los mercenarios. Foto: Archivo Casa Editorial Verde Olivo

Apenas sesenta y cinco horas y media bastaron para que los combatientes del Ejército Rebelde, la Policía Nacional Revolucionaria y los milicianos, lograran el triunfo sobre los mercenarios organizados, armados, entrenados y pagados por el gobierno norteamericano. Estados Unidos sufría así su primera gran derrota en América Latina.

 

Terminada la batalla, los revolucionarios centraron todos sus esfuerzos en capturar a los invasores que trataban de huir por todas las vías posibles. Unos intentaron reembarcarse, otros se escondieron en los matorrales costeros o se adentraron en los pantanos de la Ciénaga de Zapata.

 

De nada valieron sus intentos de escape, 1205 de ellos fueron hechos prisioneros.

 

El pueblo cubano, indignado ante la muerte de varios centenares de sus hijos y los grandes daños materiales ocasionados por la invasión, pedía la aplicación de las máximas sanciones para los agresores que habían tratado de quebrantar el suelo patrio bajo las órdenes estadounidenses.

 

Sin embargo, una semana después de la victoria, el inolvidable Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, dialogó públicamente con los mercenarios. De esta forma, el 17 de mayo de 1961, Fidel sorprendió a la opinión pública y a la administración norteamericana, cuando expresó la disposición del Gobierno Revolucionario de liberar a los prisioneros si Estados Unidos pagaba a Cuba una indemnización de guerra por los daños materiales causados.

 

Se iniciaba así una batalla política en la que prevaleció la estrategia de Fidel para lograr la segunda victoria de Playa Girón, recordada como la primera vez que el imperialismo yanqui subsanaría por los perjuicios ocasionados a un país agredido por ellos.

 

Prioridad: capturar a los mercenarios

 

La tarde del 19 de abril de 1961 el Comandante en Jefe Fidel Castro firmó el último comunicado sobre el rechazo de la invasión mercenaria a Cuba; mediante este se dio a conocer la aplastante derrota de las tropas que habían desembarcado dos días antes por Playa Larga y Playa Girón.

 

El enemigo había sido derrotado, pero sus fuerzas y jefes principales estaban por capturar. Los mercenarios huían para todas partes, aunque el grueso se movía con dirección a Cienfuegos; tenían el propósito de internarse, como lo pronosticó el Comandante, en la zona del Escambray.

 

El 20 de abril, en horas de la tarde, más de 400 mercenarios habían sido capturados, y a medida que el tiempo transcurría llegaban cada vez más prisioneros de guerra sin ninguna moral ni convicción.

Quedaba demostrado que el imperialismo yanqui no podía doblegar al pueblo cubano ni con traidores a sueldo ni con su propia fuerza. Se cumplían así las palabras expresadas por Fidel el 13 de enero de 1961 en el desfile obrero:

 

«[…] para combatir expediciones de mercenarios sobra la mayor parte de las armas que hemos movilizado, si los mercenarios vienen vamos a enviar contra ellos las armas necesarias, y vamos a enviar, además, todo el resto de las armas que no son necesarias. Es decir, que vamos a pulverizarlos, y le vamos a tirar con todos los morteros y con todos los cañones».

 

Inicios de la indemnización

 

El 17 de mayo de 1961 en la Feria Agropecuaria de Rancho Boyeros, como parte de los festejos por el Día del Campesino y el segundo aniversario de la Ley de Reforma Agraria, sesionó la primera plenaria de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). El Comandante, al hacer el resumen del acto, y tras recordar el daño causado al país por la invasión, expresó:

 

«[…] ¡Está bueno ya de contrarrevolucionarios y de mercenarios en la cárcel, comiendo tranquilos! Si el imperialismo no quiere que sus gusanos trabajen, ¡qué los cambien por tractores y maquinaria agrícola!

 

«Desde luego, los que hayan cometido asesinatos, a esos esbirros no podemos cambiarlos por nada. Los que hayan cometido asesinatos no están sujetos a ningún cambio. Todos los demás, todos los demás se los cambiamos por 500 «bulldozers» al imperialismo, si le interesa rescatarlos».

 

Sin esperar la respuesta del gobierno estadounidense, la dirección de la Revolución dispuso que los prisioneros eligieran entre ellos a diez representantes para que viajasen a Estados Unidos a gestionar la indemnización a Cuba. Cada batallón aportó uno y la jefatura de la brigada, tres.

 

En los Estados Unidos se creó el Comité Roosevelt con el fin de dirigir las negociaciones. Sin embargo, a través de maniobras dilatorias y de la gran campaña de prensa que realizaron demostraron que en ningún momento se había obrado con ánimos de llegar a un acuerdo.

 

Juicio a mercenarios, cancelada la propuesta de indemnización

 

El 20 marzo de 1962, después de casi un año en espera de una respuesta satisfactoria a la propuesta del Comandante en Jefe, el Departamento Jurídico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias dio a conocer que el 29 de marzo de 1962 comenzaría el juicio a los mercenarios.

 

La agencia Prensa Latina, el 23 de ese propio mes, divulgó una declaración de Fidel acerca de esa disposición: «La decisión del Gobierno Revolucionario de someter a juicio a los mercenarios de Playa Girón, entraña la cancelación del ofrecimiento de la libertad de los mismos mediante el pago de una indemnización en maquinaria agrícola, ya que el mismo no fue atendido en tiempo y forma».

 

En un lapso de diez días, desde la mañana del 29 de marzo hasta el 7 de abril de 1962, fue realizado en el habanero Castillo del Príncipe, el juicio a 1182 mercenarios participantes en la invasión.

 

El tribunal estuvo presidido por el comandante Augusto Martínez Sánchez e integrado por los comandantes Juan Almeida Bosque, Sergio del Valle Jiménez, Guillermo García Frías y Manuel Piñeiro Lozada, como vocales.El Doctor Santiago Cuba Fernández actuó como fiscal y Narciso Fernández Suárez, secretario. El abogado defensor de oficio fue el Doctor Antonio Cejas Sánchez.

 

Después de leída el acta de acusación, el tribunal comunicó a los mercenarios el derecho que les asistía a prestar declaración. Todos aceptaron su delito de haber invadido nuestro territorio siguiendo las órdenes del gobierno imperialista de los Estados Unidos, que los preparó, organizó, entrenó y lanzó sobre Playa Larga y Playa Girón.

 

Por tal razón, el fallo del tribunal fue: «Que debemos declarar y declaramos responsables de los hechos que se describen en el resultado probado de esta sentencia a los acusados sujetos a esta causa y en consecuencia: les imponemos como sanción por su traición a la patria, la pérdida de la ciudadanía cubana a todos los que ostentaran dicha condición; al pago de una indemnización en la forma y cuantía que más adelante se expresará a cada uno de los acusados, con prisión subsidiaria hasta un máximo de treinta años con trabajo físico obligatorio en tanto no sea satisfecha la indemnización que a cada cual se le señala a continuación:

 

«A la suma de quinientos mil dólares: a cada uno de los siguientes acusados: José Alfredo Pérez San Román, Erneido Andrés Oliva González y Manuel Artime Buesa.

 

«Los restantes mercenarios fueron condenados a pagar indemnizaciones de cien mil, cincuenta mil y veinticinco mil dólares, según su responsabilidad criminal»1.

 

En resumen, quedaron declarados culpables de traición a la Patria, los mercenarios capturados, todos integrantes de la brigada 2506. Lo que demostró que aquel que intente desestabilizar la Revolución Cubana se va a encontrar con la respuesta firme de todo un pueblo que no está dispuesto a perder su soberanía.

 

Referencias:

 

Fragmentos tomados del libro Girón: Manos tras la cabeza, de Antonio Enrique Lussón Battle y José Ángel Gárciga Blanco.

  • El 20 marzo de 1962 se dio a conocer el día que iniciaría el juicio.Foto: Archivo Casa Editorial Verde Olivo

  • Mercenario Miró Cardona. Foto: Archivo Casa Editorial Verde Olivo

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