Leales a Fidel

01 de Febrero de 2024

Para los estudiantes del ITM constituye un factor decisivo el aprendizaje sobre la explotación, reparación, conservación y modernización de la técnica y el armamento. Foto: Ariel Cecilio Lemus

El Instituto Técnico Militar (ITM) José Martí, Orden Antonio Maceo y Orden Carlos Juan Finlay, cumple 57 años de ser inaugurado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Su colectivo educacional trabaja para lograr la acreditación de todas sus carreras y declararse de excelencia.

 

El 1.⁰ de febrero de 1967 fue fundado el Instituto Técnico Militar: primer Centro de Enseñanza Superior para la preparación de ingenieros militares de Cuba. Veinte años después ganó el derecho de llevar el nombre de José Martí, y en 1998 la Academia de Ciencias le otorgó la condición de Auspiciadora de la Ciencia y la Tecnología.

 

Este centro ha graduado más de 22 mil ingenieros, licenciados y técnicos de las especialidades de Ingeniería en Armamento y Medios Técnicos, Fortificaciones, Comunicaciones, Lucha Radioelectrónica, Inteligencia y Exploración, Tanques y Transporte, indistintamente, que también se estudian en otros centros.

 

Últimamente se han incluido las especialidades de Informática, Defensa Antiaérea —que tiene las modalidades de Tropas Coheteriles y Artillería Antiaérea—, Tropas Radiotécnicas y Aviación, con todas sus especialidades: pilotos, navegantes y controladores de tránsito aéreo.

 

Retos del proceso docente educativo

 

El ITM está facultado para formar doctores en Ciencias Técnicas y Naturales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y del país, “en lo cual hemos logrado una tradición y tenemos convenios con varios organismos para el desarrollo de investigaciones”, explicó el teniente coronel Gustavo García Corrales, jefe del Órgano de Ciencia y Tecnología del centro.

 

La formación del profesional en ese centro se concibe como un sistema continuo desde el pregrado hasta su jubilación, “pero tenemos muchos más alumnos potenciales en posgrado, a través de los cursos, entrenamientos, maestrías, especialidades y doctorados que convocamos”, precisó García Corrales.

 

Por ello, afirma el teniente coronel que ser profesor en este escenario principal para el desarrollo del pensamiento científico-técnico en interés de la defensa, es muy motivador. “Saber que fuiste tú el primero en hablarle sobre su tema de investigación y la necesidad de superación, te enorgullece y ellos después te retribuyen al tratarte con respeto y buscarte ante cualquier duda”.

 

Nuevos propósitos         

 

Ganas de ser útiles, espíritu de sacrificio, perseverancia, voluntad para formarse y compromiso con las FAR y la Revolución, caracterizan a los alumnos de pregrado de este centro universitario. Así lo corroboran los cadetes.

 

Para ellos, estudiar en la misma institución donde lo hicieron el Comandante en Jefe, el General de Ejército y el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, “impone numerosos retos diarios y una gran responsabilidad con nuestra futura incorporación al cuerpo de oficiales de las FAR. Aquí fomentamos valores como el altruismo, la valentía, la disciplina y aprendemos la importancia de defender el proceso revolucionario al precio que sea necesario”, expresó Arian Manzano Lafargue, quien cursa el segundo año de la especialidad de Ingeniería Informática.

 

Su compañera de estudios, Zunalvis de las Mercedes Tabera Ribeaux, añadió que instruirse aquí política e ideológicamente como militar, mujer y estudiante, le ha enseñado el valor del orden, la disciplina y el empeño en las tareas que les asignan; por ello, se impone estar siempre entre los primeros en responder: ¡Presente!.

 

“Incluso, además de priorizar el estudio, también ratificamos el papel de la juventud en la institución, demostrando que no hay tarea imposible de cumplir tanto dentro como fuera de la escuela”, añadió la cadete.

 

Recuerdan entonces cómo en este tiempo de pandemia, junto a sus profesores, han creado alternativas para mantenerse activos y recibir las clases e indicaciones a través de una plataforma, para no detener el curso escolar.

 

Por su parte, el cadete José Ramón Simó Gallardo, de tercer año de Ingeniería Radioelectrónica, insiste en la importancia que tiene en el centro la atención de los profesores, “pues ellos nos brindan la confianza y los saberes necesarios para comprender el funcionamiento de los equipos técnicos que vemos aquí por primera vez, los cuales nos acompañarán el resto de nuestra vida profesional. Su alto nivel profesional y exigencia nos ayuda en las horas de estudio”.

 

La influencia de más de 50 doctores en Ciencia y 150 másteres y especialistas, así como los doctorandos matriculados en otras instituciones, especifica el primer coronel Osoria Neyra, interviene de manera positiva en el desarrollo de la docencia.

 

¡Fidel está aquí!

 

Cada oficial, alumno o trabajador del ITM está convencido de la presencia de Fidel en su institución. “¡Está aquí!”, afirman todos. Y lo muestran mientras andan por los pasillos, en el lugar donde hizo su primer debate público, en las canchas de baloncesto, en la habitación que le sirvió de dormitorio, en la acera próxima al muro donde se accidentó mientras aprendía a montar bicicleta, en la pista de atletismo que atestiguó los records superados en distintas modalidades… En todas partes perciben su existencia y la explican a los visitantes en placas identificativas, que hacen de su ITM un sitio interesante e histórico.

 

Estas motivaciones incitaron a realizar aplicaciones relacionadas con el pensamiento, la vida y obra del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y su guía, el Apóstol José Martí.

 

“En ellas, estudiantes con conocimientos basados en asignaturas como Programación, Desarrollo de aplicaciones para sistema operativo Androide y Pensamiento Patriótico Militar, recopilamos la información y la pusimos a disposición de nuestros compañeros, para mantener vivos a estos dos grandes hombres de nuestra Patria”, apuntó el cadete Arian Manzano Lafargue.

 

Acciones como estas son las que, a decir del profesor García Corrales, aumenta el sentido de pertenencia al centro educativo, o como plantea el director Osoria Neyra, refuerza el sello ITM que no hace falta registrarse, pero que se reconoce en cualquier lugar del país, pues distingue a todos los trabajadores y graduados del centro que no dudan en regresar a la institución y aportar a la formación de militares cada vez más creativos y calificados.

 

Referencia:

Revista Verde Olivo No. 1 de 2022

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