Para ellos el día comienza más temprano. Después del café matutino se disponen a trabajar en lo que califican como su razón de ser. Entre risas y jaranas, propias de un colectivo de trabajo, preparan cada detalle para comenzar la filmación.

El silencio total del que disfrutan otros sets de grabación resulta imposible, pues están justo ahí, inmersos en cada maniobra y ejercicio táctico. La combinación del proyecto cinematográfico y el ruido del armamento les dan la posibilidad de hacer arte bajo la metralla.

Surgido en 1983, el programa Farvisión (FV) trazó pautas en la televisión cubana y contó con un alto nivel de espectadores. Después de algunos años fuera de la pantalla regresa a nuestros hogares con nuevos bríos y estilo, pero con la misma esencia: acercar a la población al quehacer de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en sus múltiples aristas. Verde Olivo llegó hasta su sede para conocer de primera mano la historia y desafíos de la brigada audiovisual que lo compone.

Lo mejor de nuestras vidas

Los trabajadores de los Estudios Fílmicos de las FAR fueron los pioneros del programa. Después de oficializado se convirtió en un torbellino, pues estaban presente en la vida cotidiana de la institución armada. Entre sus fundadores figuran nombres como Jorge Pla, Carlos Beltrán, Danilo Pérez, Jorge Fuentes, entre otros.

La historia de uno de ellos es imposible de pasar por alto. Es el caso de Eduardo de la Torre, quien trabajó en las FAR durante mucho tiempo, dedicándole su vida artística a dicha temática. Realizador de documentales y materiales, fue el principal impulsor de Historias Guerrilleras, que trató temas referentes a la guerrilla.

Sin la ligereza de aquellos tiempos, pero con muchas ganas de hacer y colaborar con las nuevas generaciones, Danilo, evocó sus inicios cuando expresó: “Todos los que nos incorporamos en esa época estamos de acuerdo en que fue lo mejor de nuestras vidas, la más hermosa etapa”.

Con el paso del tiempo se hizo por fin realidad el sueño, y el designio comenzó a tomar otro tipo de connotación y complejidad, independizándose y creciendo hasta lograr un alto impacto en los habitantes de la Isla.

Jorge Rouco Peña no olvidará jamás cuando, con solo 22 años de edad, llegó al colectivo de FV como asistente de cámara de cine. Trabajar en la emisión audiovisual hizo posible que viviera la experiencia de ejercer como corresponsal de guerra en Cuito Cuanavale.

“Ese momento me ayudó a crecer. Siento que me formó como profesional y ser humano, incluso tuve la posibilidad de participar en el rodaje y producción de la película Caravana”, aseveró Rouco.

Corría la última década del pasado siglo cuando, por motivos económicos propiciados por la caída del campo socialista, el proyecto desapareció de la pantalla chica. Los que lo vieron nacer nunca perdieron la esperanza de que un día regresara.

Marcando generaciones

En el 2017, con más de veinte calendarios fuera del aire, se retoma el programa y escogen el día 2 de diciembre para la primera emisión. La jefatura de la Dirección Política de las FAR jugó un papel decisivo en su retorno.

Lisbeth de los Ángeles Reyes García, hoy productora de televisión, creció como espectadora y nunca imaginó que algún día contribuiría a la realización del proyecto. “Pertenecer a este colectivo consolidó todo el conocimiento adquirido durante mi carrera”, declaró.

Después de tanto tiempo el efecto en el público parece remontarse a su comienzo. Los televidentes interactúan de forma directa, haciendo llegar sus gustos, sugerencias y críticas, lo cual es fundamental para el desarrollo de la obra de arte.

La teniente coronel Yohanna Ramírez Guevara es la directora general de la emisión desde su regreso. Licenciada en Ciencias Sociales, en la especialidad Político-Militar, constituyó todo un reto para ella asumir la nueva tarea.

Con un brillo casi maternal en los ojos, rememora los estudios y esfuerzos realizados para la preparación de su cargo: “Después de un curso intensivo de Realización y Producción Documental, comienzo mis labores. Fue fortísimo, porque había mucha exigencia y era totalmente nuevo para mí”, manifestó.

Su paso y experiencia por diferentes unidades militares regulares propició el conocimiento para tratar las diversas temáticas de la institución armada. El programa se mueve a lo largo y ancho de la Isla para buscar historias de vida y compartirlas con los televidentes. “FV y Algo más que soñar marcaron a una generación que se enamoró de las FAR, y que hoy forma parte de ella gracias a la orientación y formación vocacional que brindaron”, acotó Ramírez Guevara.

En cualquier escenario

El principal desafío en cuanto a la producción radica en seguir el curso de la tecnología, pues esta evoluciona de forma intempestiva y se dificulta alcanzar su ritmo. Las FAR siempre han mantenido presente en cada una de sus obras el principio de la austeridad y de no hacer derroche de recursos.

No obstante la inventiva y creatividad empleada a la hora de las filmaciones han posibilitado el resultado palpable de un proyecto a la altura de nuestros tiempos.

El dinamismo del rodaje es siempre épico sin importar en qué espacio se desempeñen. Maniobras, ejercicios de tiro, supervivencia, escuelas, unidades regulares e incursiones constituyen candidatos entre su variedad de escenarios, incluso, los integrantes del equipo presumen de un amplio conocimiento en cuanto a armamento y adiestramientos tácticos se refiere.

“Contamos con el respaldo de todas las instituciones, y de forma muy especial de la Casa Editorial Verde Olivo, que nos ha brindado un apoyo incondicional en todo momento”, añadió la directora general.

Camarógrafos, productores, fotógrafos, locutores, luminotécnicos, musicalizadores, guionistas, diseñadores y editores constituyen el equipo. Con un estilo más fresco, amor y dedicación se proponen llegar al público joven fundamentalmente.

Alejandro Pires Méndez, Sonia Pérez Sosa, Odalys González, Amelia Egoscue, Coralia Medina, Alejandro de la Llama y Magalis Áreas son algunos de los nombres de la nueva generación de FV.

Para Jorge Pérez González trabajar en FV ofrece libertad y creatividad. “Soy editor desde el retomo del programa, y creo que nos permite tocar la fibra del espectador enriquecer la vida dentro de las FAR”, declaró.

Escoger la línea temática se torna complicado, pues las FAR están presentes en muchas aristas de la sociedad y tiene diversos resultados de trabajo y especialidades. Además, se necesita realizar un balance de contenido, pues la emisión televisiva cuenta solo con doce minutos de duración en cada capítulo.

El combate mediático del que somos víctimas es eficientemente rebatido por espacios como FV. Cuando escuchamos “somos el pueblo uniformado” no oímos un eslogan, entendemos sobre la filosofía de lucha de todo un pueblo de proporciones pequeñas y grandes hijos.

Por nuestras calles transitan héroes anónimos, capaces de luchar por la libertad de su Patria y de otras latitudes sin más pago que la satisfacción del deber cumplido. He aquí el objetivo social de esta obra de arte: que todo nuestro pueblo haga suyo el trabajo de las FAR.

Algunos elementos son indispensables para la cinematografía, pero, ¿qué hay más allá del alcance visual? La respuesta para el colectivo de realización de FV es simple: un nuevo sentido de la vida, artístico y revolucionario que indica que es imperante la defensa del país y que esa es su trinchera.