Una flor para los héroes

27 de Diciembre de 2023

El Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, es un sitio lleno de historia, inaugurado el 28 de diciembre de 1988. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera y cortesía del Complejo Escultórico

El Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, es un sitio lleno de historia, un lugar de perenne recordación. Está integrado por cinco áreas funcionales: la plaza, atravesada por la Avenida de los Desfiles; la tribuna, el museo, el memorial y el Mausoleo del Frente de Las Villas. Fue inaugurado el 28 de diciembre de 1988, en el treinta aniversario de la batalla de Santa Clara, y proyectado por los arquitectos Jorge Cao Campos y Blanca de las Mercedes Hernández Gibernau, quienes contaron con la importante contribución del escultor José de Lázaro Bencomo, Delarra, destacado artista cubano de la plástica, ya fallecido.

 

Con capacidad para hasta ochenta mil personas, la plaza presenta un piso de terrazo con un diseño geométrico que semeja numerosas personas tomadas de la mano, como símbolo de unidad. Está limitada por catorce palmas reales a cada lado, en total 28, en alusión al 14 de junio de 1928, fecha del natalicio de Ernesto Guevara de la Serna, en Rosario, Argentina. Dos fuentes que semejan estrellas —en referencia al grado de comandante que tenía el Che y a la estrella que llevaba en su boina negra— cierran el conjunto.

 

La tribuna cuenta con capacidad para novecientas personas y está compuesta por cinco volúmenes: un mural, el pedestal con la estatua del Che, un objeto menor y dos jardineras. El conjunto escultórico fue diseñado y realizado por Delarra.

 

 Además, la estatua del Che se halla colocada sobre un pedestal de dieciséis metros, de los cuales son visibles diez. La escultura de bronce mide 6,8 m de altura y pesa veinte toneladas. Da la impresión de estar en movimiento y representa al Che durante la batalla de Santa Clara; por eso, en su brazo derecho porta el fusil M-2, mientras que el izquierdo está enyesado; lleva la mítica boina y el uniforme de soldado rebelde se ve ajado. La mirada se dirige simbólicamente al sur.

 

En el mural, aparecen esculpidas a relieve 144 fi guras: Fidel, Celia, Camilo, Che, algunos combatientes de la guerrilla boliviana, como el capitán Eliseo Reyes Rodríguez, Rolando o San Luis, y Orlando Pantoja Tamayo, Olo. También, la campaña de la Invasión, de Las Villas y la batalla de Santa Clara, con la toma del cuartel y el descarrilamiento del tren blindado. En la parte trasera del mural, se muestra el recorrido de las dos columnas invasoras, que, en el mes de agosto de 1958, partieron de la Sierra Maestra, comandadas por Camilo y Che.

 

 

El otro bloque de piedra presenta, grabada en letras de bronce, la carta de despedida del Che a Fidel, escrita por el comandante Guevara el 31 de marzo de 1965 y leída públicamente por el Comandante en Jefe el 3 de octubre de ese mismo año, con motivo de la fundación del Partido Comunista de Cuba. En uno de los lados puede verse una escena en altorrelieve, en la cual el Che participa en el trabajo voluntario, del que fue el máximo impulsor; en el otro, se representa la Campaña de Alfabetización, una de las más trascendentes tareas del pueblo cubano.

 

Al fondo de la tribuna, están el acceso al museo (a la derecha) y al memorial (a la izquierda). En el primero, por medio de imágenes, fotos, objetos y documentos, se muestran las diferentes etapas de la vida del Che desde su niñez.

 

Dicho memorial se concibió para recibir los restos del Che y sus compañeros de guerrilla: lajas de piedra, vigas de madera y mármoles de diversos colores confieren al lugar un carácter rústico alejado de toda ostentación y acorde con la personalidad del héroe. La luz natural penetra a través de la vegetación y le da al sitio la apariencia de un refugio. Junto a la llama eterna, que flamea en honor a los heroicos guerrilleros, se encuentra otra área de vegetación, que recuerda la selva boliviana.

 

En octubre de 1997, en el trigésimo aniversario de la muerte del Che y en ocasión de la llegada de sus restos —junto a los de Orlando Pantoja Tamayo, Antonio; René Martínez Tamayo, Arturo; Alberto Fernández Montes de Oca, Pachungo; Carlos Coello, Tuma; Simeón Cuba Sanabria, Willy, y Juan Pablo Chang Navarro-Lévano, el Chino—, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz encendió la llama eterna. En otras cuatro ocasiones han sido incorporados al memorial los restos mortales de otros combatientes de la guerrilla.

 

El Mausoleo del Frente de Las Villas, se inauguró el 8 de octubre del 2009 como póstumo homenaje a los combatientes que integraron dicho frente, constituido con la integración de las fuerzas de la columna No. 8 Ciro Redondo, las del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y las del Movimiento 26 de Julio, que operaban en la antigua provincia de Las Villas.

 

NACE UNA TRADICIÓN

 

Justo en el lugar donde sus acciones guerrilleras cobraron singular relevancia y contribuyeron de manera notable a la derrota de la tiranía se recuerda al Che. En el vestíbulo que da entrada al memorial y al museo se congrega un numeroso grupo: hoy son, quizás, médicos graduados en el año de la caída en combate del Che; mañana podrían ser combatientes u obreros; ayer, jóvenes.

 

La especialista que guía la visita les da las instrucciones: estas personas van a participar del pase de lista más singular y emotivo de sus vidas, una actividad que ha venido denominándose cambio de flores y que ya se ha convertido en una hermosa tradición.

 

Impresiona la entrada al memorial: los tonos ocres, la moderación de la luz, el empleo de materiales rústicos… todo hace pensar que se ha ingresado en una cueva o campamento guerrillero, todo tiene un aire solemne: se ha penetrado en un sitio hecho para honrar.

 

En la pared se hallan los nichos de los treintinueve guerrilleros; aunque algunos permanecen aún vacíos. El correspondiente al Che aparece colocado de modo que evidencie el protagonismo que corresponde a su posición de comandante; excepto en la ubicación, es idéntico a los demás.

 

Al entrar, las personas reciben una flor y se van colocando frente a los nichos. La guía da inicio a la ceremonia con el nombre del comandante Pinares. Uno de los participantes responde ¡presente!; se acerca a su nicho y coloca allí la flor que lleva en la mano. Así, uno a uno son nombrados treintiocho guerrilleros y una a una, las voces de los allí congregados responden con firmeza y convicción. Por último, la guía dice: “Ernesto Guevara de la Serna, Che” y al unísono, un coro de voces hace saber a los héroes que su ejemplo se multiplica en los corazones de quienes llegan a este recinto sagrado y les dice de todos los que les recuerdan con gratitud especial e infinita. Hay lágrimas en los ojos y una profunda emoción en los rostros de cada uno de los presentes.

 

Ahora, uno de ellos, aquel que colocó la flor en el nicho del Che, porque por alguna razón ha merecido ese honor, dice o lee unas palabras; aunque se ha preparado para ello, la voz le tiembla. Por último, un minuto de silencio y los participantes en la solemne ceremonia se retiran.

 

Hoy los visitantes han sido de Villa Clara, la ciudad del Che, donde participar en este cambio de flores se ha convertido en un honor tradicional para los diferentes colectivos de estudiantes, jóvenes graduados, trabajadores o combatientes. Pero pudieran ser de cualquier rincón del país e, incluso, extranjeros, amigos de Cuba y fervientes admiradores de la hazaña del Che y su guerrilla. De igual modo, pudieran haber sido familiares y compañeros, que llegan hasta acá para conversar con sus seres queridos.

 

Hoy fue un grupo de médicos; pero pudiera haber sido de juristas, soldados, deportistas, cederistas, educadores, artistas o estudiantes; pueblo, pueblo emocionado que, una y otra vez, cada día, rinde tributo a los héroes.

 

Nota:

 

Revista Verde Olivo No. 4 de 2017, pp. 41- 45.

  • El Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, es un sitio lleno de historia, inaugurado el 28 de diciembre de 1988. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera y cortesía del Complejo Escultórico

  • El Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, es un sitio lleno de historia, inaugurado el 28 de diciembre de 1988. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera y cortesía del Complejo Escultórico

  • El Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, es un sitio lleno de historia, inaugurado el 28 de diciembre de 1988. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera y cortesía del Complejo Escultórico

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