Con el triunfo de la Revolución se crearon las bases jurídicas y las condiciones para el desarrollo de un modelo inclusivo, asentado en la igualdad y la justicia social, la plena emancipación de la mujer y el apego a los principios de soberanía y autodeterminación.

A partir de estos cimientos, y durante más de seis décadas, se han estructurado proyectos, organizaciones, guías y programas que han permitido la participación consciente de las mujeres en la vida económica, política y social del país.

El más reciente de estos proyectos es el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, aprobado en el año 2021, y que resume el sentir y la voluntad del Estado Cubano para el desarrollo de políticas que promuevan la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades; y mantenga como ejes transversales la lucha contra la discriminación y la violencia en todas sus manifestaciones.

La implementación de este programa en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) sucede de manera orgánica y viable puesto que, como principal heredera de las tradiciones de lucha del pueblo cubano, la institución armada perpetúa la historia de tantas mujeres esencialesy prioriza la presencia femenina y sus derechos dentro de sus propias filas.

A partir de la puesta en vigor del Decreto Presidencial que aprobó la implementación del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, el ministro de las FAR emitió la Resolución No. 58 que instrumenta entre otros aspectos la creación del Grupo de Trabajo a nivel de Ministerio para atender el programa en todas las estructuras. Desde entonces los esfuerzos se orientaron a la creación de un Plan de Acción para el adelanto de las mujeres en las FAR.

El propósito principal, que comparte líneas generales con el programa matriz, en este sector está encaminado, además, a profundizar en los factores objetivos y subjetivos que persisten en la sociedad como expresión de discriminación.

Entre los objetivos más importantes se encuentra la elaboración del Plan de Acción conforme a las medidas aprobadas en el país, que coordine la elaboración de las propuestas de disposiciones y normativas dentro delministerio. Por otra parte, realizar un levantamiento continuo sobre la situación económico social de las mujeres, en correspondencia a las indicaciones metodológicas aprobadas para este fin, y bajo la responsabilidad de los titulares de las unidades militares y de las entidades económicas subordinadas, adscriptas, aseguradas o patrocinadas por el Minfar.  Y, por último, informar en el consejo ampliado de las FAR el cumplimiento de los objetivos, acciones y medidas del propio Plan.

Una de las principales líneas de trabajo se orienta a la superación y crecimiento de la mujer en todos los aspectos. Se dispone el nombramiento en cargos decisorios y principales, el ascenso en grado militar y envío a cursos de especialidades de postgrado como propuesta de promoción que parte de los propios jefes.  De esta manera, en todas las estructuras se favorece la elaboración y aplicación del plan de proyección perspectiva de las oficiales y cuadros directivos del sexo femenino, teniendo en cuenta los múltiples roles que ellas también ejercen fuera de la institución militar como pilares de sus propias dinámicas familiares, las cuales también es deber resguardar. 

Los resultados de la implementación del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres son notables a poco tiempo desde su aprobación. En las FARse reconocen avances a nivel organizativo, normativo, y en materia de capacitación y comunicación con respecto a la igualdad de género, al empoderamiento de las mujeres y al pleno ejercicio de sus derechos.

Sin embargo, la evaluación sistemática de la efectividad del Plan de Acción también ha permitido identificar las áreas de mayor debilidad y los desafíos pendientes. Son, precisamente, estos los retos que impulsan al mejoramiento, a la búsqueda de soluciones, al desarrollo de las capacidades, y al derecho a la igualdad… Siempre a la igualdad.