Plaza y altar para Mariana

12 de Julio de 2024

Plaza Mariana Grajales, Guantánamo. Foto: Boris González Abreut

El 12 de julio arribamos al aniversario 209 del natalicio de Mariana Grajales Cuello (1815-1893), a quien muchos cubanos consideramos la Madre de la Patria, no solo por ser la progenitora de aquellos a quienes la historia ha denominado «la tribu heroica», sino por sus propios méritos, pues contaba Mariana con 53 años cuando se lanzó a los rigores de la manigua insurrecta y permaneció en ella durante los diez años que duró la Guerra Grande; en los hospitales de sangre mambises cuidó y alimentó heridos, pero también combatió, pues estas instituciones eran frecuente blanco del enemigo que los buscaba con saña, en especial los guerrilleros al servicio de España.

 

No puede olvidarse que dos días después del alzamiento de Céspedes, Mariana reunió a su familia y les hizo jurar a todos, sobre un crucifijo, que lucharían hasta la muerte por la libertad de la Patria. Según contaba María Cabrales, la esposa de Antonio —en carta a Francisco de Paula Coronado, fechada el 6 de mayo de 1897—, aquel día, Mariana les dijo: «De rodillas todos, padres e hijos, delante de Cristo, que fue el primer hombre liberal que vino al mundo, juremos libertar la patria o morir por ella».1 Y así fue: su esposo y todos sus hijos, incluidas las mujeres, participaron en nuestras guerras libertarias y, tras 30 años de lucha, solo sobrevivieron dos —Tomás y Marcos—, con sus cuerpos llenos de cicatrices.

 

En la estirpe de titanes creada por esta valiente mujer cubana, descollaron bravos guerreros entre los que sobresalen Antonio y José, mayores generales, y Rafael, general de brigada, a pesar de que se incorporaron a la guerra desde la posición de simples soldados, y de que eran mulatos: combate a combate, cada uno de ellos fue alcanzando a fuerza de coraje sus grados militares.

 

Para rendir homenaje a esta heroína, símbolo de la mujer cubana, existen en esta tierra varios monumentos; pero entre ellos sobresalen sin dudas dos: la Plaza de la Revolución Mariana Grajales, en Guantánamo, y su tumba en el Altar de la Patria en el cementerio de Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba.

 

La Plaza de la Revolución Mariana Grajales fue inaugurada el 26 de julio de 1985 por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en ocasión del 32 aniversario de la gesta del Monca­da. Fue la primera denominada con nombre de mujer. El proyecto fue presentado por el arquitecto Rómulo Fernández Bilardo; los escultores José Villa Saberón, Enrique Angulo y Lázaro Ternord; el pintor Ernesto García Peña; el diseñador gráfico Lázaro Enrique, y el ingeniero estructural Esteban Fernández. El maestro, pianista y compositor Frank Fernández fue el encargado de musicalizar los textos que se emplean en el conjunto escultórico.

 

Las columnas son de hormigón fundido y de un color rojizo, en representación del rojo de la tierra y de la sangre derramada por los héroes y heroínas caídos en las diferentes etapas de nuestra histo­ria. El monumento tiene una altura máxima de 15,40 m.

 

Una figura simbólica aparece en cada extremo. A la izquierda, se aprecia la imagen de un mambí a ca­ballo y con el machete en alto, representación de nuestra primera etapa de luchas contra el colonialismo español. En el extremo derecho, la imagen de un soldado rebelde, con su uniforme militar, el brazalete del 26 de Julio, la gorra y el ri­fle, como estampa viva de la continuidad de la lucha revolucionaria, porque nuestro pue­blo comprende bien que desde Céspedes y el luminoso 10 de Octubre, en Cuba ha habido una sola Revolución. Como en todas las Plazas de la Revolución diferentes motivos rinden homenaje a nuestra historia, desde los tiempos del mambisado hasta el presente de inacabada lucha y construcción.

 

En la parte superior del pórtico puede verse un extraordinario y hermoso rostro de Mariana, concebido de forma que trasmite la fuerza y el valor de la mujer mambisa. En la base de la columna derecha del pórtico está tallado el nombre de la heroína insigne y en la de la izquierda, un pensamiento martiano: «Fáciles son los héroes con tales mujeres».2Otros nombres de mujeres, también relevantes patriotas aparecen inscritos: Caridad Jaca, Inocencia Araujo, Juana Pérez Gutiérrez, Luz Palomares, América Lavadí Arce, y Gladys Portes Aguirre.

 

En la heroica Santiago, desde hace más de veinte años, el área del cementerio Santa Ifigenia donde se encuentra el Mausoleo del Apóstol, así como sus inmediaciones, se han ido transformando hasta convertirse en un paisaje histórico de gran simbolismo para el pueblo cubano.

 

La ubicación de los restos de Fidel en una sencilla piedra cerca del mausoleo martiano, llevó a una remodelación de esa área para incluir en ella los conjuntos funerarios de Mariana y Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo; con el fin de rendir homenaje a los forjadores de la nación, creando así, el Altar de la Patria.

 

El conjunto funerario que rinde homenaje a Mariana está presidido por la original escultura del maestro Alberto Lescay, titulada «Madre ceiba, Madre de la Patria», que tiene una altura de seis metros y está realizada en bronce. La tierra que la circunda fue traída de la finca Majaguabo, en San Luis; el piso fue extraído de las canteras de Palmarito de Cauto.

 

El 7 de julio del 2017, se realizó la exhumación de los restos de Mariana, que se hallaban cubiertos por agua, en un féretro metálico en avanzado estado de deterioro, por lo que fueron necesarios cuidados especiales para preservarlos. Con igual cuidado se procedió al desmonte de la tumba y la sustitución de los elementos dañados por el tiempo. En el lugar previsto, a la izquierda del Mausoleo de Céspedes y muy cerquita de Martí y Fidel, se construyó la nueva bóveda. De ese modo quedaron unidos para siempre los fundadores de la nación cubana, el alma misma de Cuba.

 

Sin embargo, hay que añadir que La Habana no se halla ajena al homenaje: en el Parque Mariana Grajales, en 23 entre C y D, en el Vedado capitalino, hay también un hermoso monumento a la heroína. Tanto la escultura, como la tarja que aparecen en el frente de este, evocan el momento en que el general Antonio recibe heridas de gravedad que hacen temer por su vida, y la heroica madre exige al más pequeño de sus hijos: «¡Y tú, empínate, porque ya es hora de que te vayas al campamento!».3

 

¡Esa era Mariana!

 

Referencias

1 María Cabrales: “Carta a Francisco de Paula Coronado”, 6 de mayo de 1897, cit. por Nydia Sarabia: Historia de una familia mambisa: Mariana Grajales, Editorial Orbe, La Habana, 1975, p. 78.

2 José Martí: “Antonio Maceo”, en Obras completas, t. 4, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, p. 453.

3 José Martí: «La madre de los Maceo”, Patria, 6 de enero de 1894, en ob. cit., t. 5, p. 27.

  • Altorrelieve de Mariana en el pórtico del conjunto. Foto: Boris González Abreut

  • “Madre ceiba, Madre de la Patria”, del maestro Alberto Lescay, en el Altar de la Patria, Santa Ifigenia. Foto Alejandro Rojas

  • Parque Mariana Grajales, en 23 entre C y D, en el Vedado capitalino. Foto Facebook

     

Comentarios

En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.

To prevent automated spam submissions leave this field empty.
CAPTCHA
Esta pregunta es para probar si usted es o no una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres que se muestran en la imágen.