El Museo Fragua Martiana es una instalación de extraordinario valor histórico. Su nombre evoca aquellas palabras de José Martí en su folleto Guatemala que expresan: «Una escuela es una fragua de espíritus: ¡Ay de los pueblos sin escuela! ¡Ay de los espíritus sin temple!».

Desde su fundación el 28 de enero de 1952, el también Monumento Nacional, ha desarrollado su trabajo hacia cuatro direcciones principales: la exposición de objetos pertenecientes a José Martí, el desarrollo de programas socio culturales sistemáticos, la labor docente e investigativa y la divulgación martiana.

Hasta su sede, en la intersección de las calles Príncipe y Hospital de la capital, llegó Verde Olivo para conversar con Yusuam Palacios Ortega, director de la institución.

¿Cómo surge la Fragua Martiana?

— Surge mediante los esfuerzos aunados de Gonzalo de Quesada y Miranda y la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano. La institución no solo serviría de sede a dichos alumnos, sino sería promotora del estudio, investigación y divulgación de la vida y obra de José Martí.

»Ya existía desde 1944 el Rincón Martiano, que preservó los restos de las Canteras de San Lázaro. En este lugar el Apóstol realizó trabajos forzados específicamente en la sección llamada La Criolla, lugar habitual de los presos de la primera brigada de blancos, en la cual Martí se identificaba con el número 113».

¿Considera esta institución necesaria para la población y juventud cubanas?

—Nuestra entidad es vital para la población, en especial para la juventud, por la labor informativa que realiza. En un contexto tan complejo y desafiante, donde el fenómeno cultural se vuelve más despiadado y la humanidad padece una crisis alarmante, es importante asirse a lo mejor del pensamiento emancipador y promover la cultura que nos salva.

»En el epicentro de esta batalla se inserta nuestra institución como parte del Sistema de Centros Martianos. Formar patriotas desde el pensamiento de nuestro Héroe Nacional, mantener vivo el legado histórico patrimonial del museo, así como preservar la identidad desde su quehacer, es clave para salvaguardar la nación cubana».

¿Cuáles han sido los principales aportes de la entidad?

—En el orden académico cultural hemos desarrollado el Seminario Martiano y los clubes patrióticos Amigos de Martí. Ambos son programas de perfeccionamiento educativo, aplicados de manera gradual en escuelas primarias del país conjuntamente con el Movimiento Juvenil Martiano (MJM).

»Otro aporte muy significativo es la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana (UH), con sede en nuestro museo. Sus antecedentes se remontan a 1941 con la fundación del Seminario Martiano por Gonzalo de Quesada y Miranda, quien además comenzó la publicación de las Obras Completas del Maestro».

Refiérase a la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano

—Como parte de la extensión universitaria se impartían cursos sobre la vida y obra del Maestro. A partir de ellos se creó la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano. Esta forma organizativa fue la primera que sistematizó en Cuba el estudio del Apóstol, lo que constituye un privilegio para la UH.

»Entre sus objetivos principales se encontraban mantener la tradición universitaria de los saberes martianos, crear condiciones y  medios para realizar investigaciones y divulgar esos estudios en la enseñanza superior».

¿Cuáles son los proyectos desarrollados por el museo que cuentan con mayor aceptación popular?

—Uno de nuestros proyectos más exitosos es la reedición de la Ruta del joven Martí. En él los estudiantes, vestidos como presos de la época y una representación de un grillete fijado a su pierna derecha, transitan el itinerario de poco más de dos kilómetros que diariamente hacía Martí junto a sus compañeros de infortunio.

»La caminata se extiende desde el antiguo Presidio Departamental (hoy Prado y Cárcel) hasta nuestra sede. Esto crea un espacio de reflexión histórica para conocer y aquilatar las condiciones a las que el colonialismo español sometió a quienes intentaron enfrentar su dominio sobre la Isla, y realizar como colofón una visita a nuestro museo. Durante estos años han participado en la actividad jóvenes de diferentes casas de altos estudios, así como integrantes de la Federación Estudiantil de Enseñanza Media, el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). »

»Otros recorridos que se han impulsado y que tienen al Museo Fragua Martiana como destino son la Marcha de las Antorchas, andares históricos de la Oficina del Historiador de la Ciudad y el nombrado “De la cuna al mármol”, auspiciado por la Sociedad Cultural José Martí (SCJM)».

¿Cuáles son los principales galardones del Museo Fragua Martiana?

—La institución ha sido merecedora de importantes distinciones como La utilidad de la virtud, conferida por la SCJM y Pensar es servir, del Centro de Estudios Martianos. Además atesoramos dos de los más altos galardones nacionales: la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez, otorgado en el año 2003 por el entonces ministro de las FAR General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Premio Nacional de Trabajo Comunitario, impuesto en el 2004 por el Ministerio de Cultura. Igualmente nuestro colectivo ha sido reconocido con la “Distinción por la Cultura Nacional” en 2019 y con el premio Joven Patria del MJM».

Mientras respondía las interrogantes nuestro equipo supo que Yusuam se acercó a Martí desde sus primeros años. Un brillo nostálgico inunda sus ojos cuando recuerda las lecturas de su abuela materna, quien fue alfabetizadora de la Brigada Conrado Benítez, maestra de enseñanza primaria e internacionalista.

La Edad de Oro fue su libro de cabecera y rememora frecuentemente la satisfacción que sintió cuando, con el paso del tiempo, pudo completar su lectura. Para él es un honor y un placer dirigir un lugar que alberga tanta historia y que lo mantiene constantemente de la mano del Apóstol.