En fecha no precisada, tiempo después de contraer el tifus, Eduardo Saborit se trasladó con la familia desde Campechuela hacia Niquero. Allí conocieron a los Raga, destacados artistas locales y de ideas marxistas. 

Y a propósito, se enamoró de una de las muchachas de ese hogar, Zoila Raga, con la cual contrajo matrimonio¹. El joven continuó perfeccionando su trabajo con la guitarra que ya había iniciado en la tierra natal.

Las propias ideas revolucionarias de los Raga los convirtieron en enemigos de los gobiernos de turno, entonces todos se fueron hacia Manzanillo (1935). En poco tiempo y por las mismas causas políticas, migraron para Camagüey, aquí Eduardo Saborit creó el Trío Clave azul con Luis Raga y Teodoro Benemelis.

En solitario llegó a Santa Clara, ya era un joven formado en la guitarra. Aquí conoció e hizo relaciones con personalidades de la cultura. Fue convocado por la emisora local Cadena Azul y con su instrumento acompañaba muchos de los programas radiales se trasmitían.

Cuando la onda radial se trasladó hacia La Habana, él marchó con ella a solicitud de sus agentes. Allá fue contratado por la CMQ que lo elevó a nivel nacional, además, obtuvo madurez en la composición musical que había iniciado años atrás con la primera obra "Ven, niña, ven"².

Actuaba como compositor e intérprete, sin estar ajeno a la penetración norteamericana en el folclor nacional, de ahí nació su tema "La Guayabera". Y más tarde "Conozca a Cuba primero y al extranjero después". Esta última producto al olvido, por muchos, de nuestras riquezas naturales como Varadero, El Valle de Viñales…

Su mayor obra artística ocurrió con el triunfo de la Revolución Cubana. Participó en el VII Festival de la Juventud y los Estudiantes en Viena, Austria (1959); desde donde visitó la Unión Soviética y otros países socialistas.

Recorría el país y cantaba a combatientes, trabajadores, estudiantes, obreros. A su grupo musical el pueblo comenzó a llamarle «Patria o Muerte»

Como asesor dedicó toda su energía y su creatividad a la Campaña de Alfabetización, acontecimiento que marcó a todos; compuso, entre otras obras, «El himno de las Brigadas Conrado Benítez», «Himno de los becados», «Cumplimos».

En 1962 formó parte de otro Festival Mundial, VIII en Helsinki, Finlandia. Allí su canción «Cuba, qué linda es Cuba», que demostraba su amor y nostalgia por la tierra querida, recibió miles de aplausos entre los delegados. Dentro de sus composiciones ha ocupado un lugar cimero en el público nacional e internacional. Sin dudas, para esta fecha ya Eduardo Saborit se había convertido en un cantor de la Revolución, incluso, tenía en su haber varias canciones infantiles³.

La muerte lo sorprendió con 52 años de edad el 5 de marzo de 1963. Quién sabe si las mismas emociones de sus logros y de aquel proceso revolucionario y efervescente que se estaba viviendo le provocó el infarto.

Para nuestro país fue una dolorosa pérdida.

 Sus restos descansan en la Necrópolis de Colón; el legado que dejó es imposible de olvidar. Hoy constituye un símbolo de identidad de Campechuela. El duelo lo despidió uno de nuestros grandes poetas, Jesús Orta Ruiz, El Indio Naborí; quien nos dejó una frase imperecedera: «No pido un minuto de silencio, sino siglos de música para Eduardo Saborit».

Referencias

¹ Eduardo Saborit Pérez tuvo dos hijos: Zaida Saborit Raga y Eduardo Saborit Castillo, este de una segunda relación.

² Otras canciones compuestas por Eduardo Saborit Pérez: El guarapo y la melcocha, El caballo y la montura, Tócalo con limón, Sin bandera, Caridad, Flor de amor, Noche de tragos, Firme a la libertad.

³ Canciones infantiles compuestas por Eduardo Saborit Pérez: Mi escuelita, Los pioneros, Estrella roja, Niño cubano.