Estados Unidos contra Cuba: la hostilidad y las agresiones como política de Estado (I)
¡Primero Venezuela y luego Cuba! Esta frase se ha hecho común en las redes sociales en el último mes. La repiten demócratas y republicanos, defensores de los «derechos inhumanos», pues solo así se puede entender que alguien desee la guerra para el país en que nació. También lo piden indignos ganadores de premios Nobel de la Paz1que extrañamente claman por la guerra, revelando su verdadera vocación política.
Responde ello a la euforia criminal desatada en Florida, Washington y algunos lugares de América Latina, donde la impotencia por no haber derrocado legal o ilegalmente a los gobiernos de Cuba y Venezuela durante décadas, los lleva a manifestarse de manera tan insensata e insana. Confían en que Trump «hará el trabajo».
Parecen monstruos sedientos de sangre y no se esconden. Se amparan y depositan rencores y ansias de venganza en el peligroso despliegue militar estadounidense en el Caribe, con Puerto Rico como base avanzada para aviones y buques de combate, además de unos 15 mil efectivos.
En esa nación, el Departamento de Guerra yanqui comenzó a recuperar instalaciones militares que eventualmente apoyarían una agresión militar contra Venezuela y otras operaciones en la región. Se trata de un tema que ya hemos abordado y al cual habrá que regresaren otra entrega, debido a las circunstancias.
La pregunta, ¿por qué la agresión Cuba?
Contra Venezuela alegan presuntos vínculos con el narcotráfico, entre otras mentiras. En el caso de Cuba, razones y argumentos pudieran sobrar desde la perspectiva imperial.
La respuesta pasa por su proyecto social, por las acusaciones que por décadas han hecho al país de «exportar» revoluciones. Ignoran que ello no se puede imponer y que estas nacen de las necesidades y contradicciones de cada país y de cada pueblo, pocas veces iguales unas a las otras.
El Comandante Hugo Chávez, por ejemplo, fue fruto de una situación interna que propició la aparición de un líder dispuesto a enfrentar a la burguesía nacional y al Imperio, para defender a su pueblo. Chávez fue fruto genuino de la rebelión contra el capitalismo salvaje y contra el olvido de un pueblo.
Otro pretexto para desear la destrucción de los gobiernos venezolano y cubano, no menos importante, lo constituyen la amistad y el apoyo que Caracas y La Habana se han dado en los pasados 25 años.
Pero, sobre todo, por demostrar que existen alternativas al capitalismo; por señalar sin miedos al verdadero responsable de muchos de los males que nos afectan; por trabajar para unir a la región, respetando las diferencias.
Nos atacan por entender que los recursos naturales de un país no deben hacer más ricos a unos pocos, sino beneficiar a toda la población.
Referencias
1 www.infobae.com/venezuela/2025/9/13-maria-corina-machado-afirmo-que-lleg... liberacion-de-venezuela-y-luego-sera-el-turno-decuba-y-nicaragua.

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