Cada 12 de agosto se celebra el Día Mundial de la Juventud a partir de la designación de la Asamblea General de Naciones Unidas en 1999. Una fecha en la cual se promueven los derechos y el desarrollo de los jóvenes, para aumentar la concientización sobre los retos y dificultades que enfrentan en el panorama actual.

En Cuba, se aprovecha esta jornada para ratificar el valor de dicho sector poblacional en el fortalecimiento del tejido social y la creación de un futuro sostenible, desde la diversidad, el compromiso y la riqueza de sus ideas.

Por tal motivo, cada día la dirección de la Revolución los convoca a dialogar para conocer sus modos y maneras de hacer; experiencias útiles a generalizar; errores que deben corregirse; proyectos de vida; necesidad de superación; vínculos con la solución de problemas; suma de voluntades…

En estos meses de enfrentamiento a la pandemia, la intervención voluntaria de los jóvenes en tareas indispensables, ha sido una determinación decisiva por la cantidad de vidas cuidadas y salvadas.

Entonces, distinguirlos como gestores de las transformaciones en marcha, permite ratificarlos como una fuerza positiva en la que se destaca su compromiso con la vida y los procesos políticos, económicos y sociales del país.

Hoy la juventud cubana representa el 20 por ciento de la población del país y tiene una amplia protección y participación en la toma de decisiones del Estado.