Comunistas: Unidos sin interrupción
El grupo de combatientes cubanos que reunidos el 16 de agosto de 1925 en una vieja casa de la calle Calzada en el Vedado, se plantearon crear el Primer Partido Comunista de Cuba: Cumplieron con su misión.
Aquel significativo logro nació del encuentro y sucesión de distintas generaciones de revolucionarios; uno de ellos el veterano luchador Carlos Baliño, quien acompañó antes a nuestro Héroe Nacional José Martí en la creación del Partido Revolucionario Cubano en 1892.
El otro, el dirigente estudiantil Julio Antonio Mella, dedicado sin descanso al rescate del ideario del Apóstol, a pesar de morir con apenas 26 años de edad. Bajo el auspicio de ambos la naciente fuerza se afilió a la III Internacional, fundada por Vladimir Ilich Lenin.
Aunque la mayoría de los miembros no tenían sólidos conocimientos teóricos sobre el comunismo, se propusieron un programa de reivindicaciones para los obreros y campesinos. Igualmente, se plantearon trabajar activamente en los sindicatos, organizarlos y luchar por los derechos de la mujer y la juventud.
Eran tiempos del régimen de Gerardo Machado. Por ello, hasta 1938 la fuerza política recién creada fue ilegal en el país y su labor clandestina llevó a la persecución de sus integrantes.
Legitimada su existencia en 1938 bajo el nombre de Unión Revolucionaria Comunista, inició una etapa en la que defendieron desde el parlamento de la época los derechos del pueblo. Cuando por fin triunfó la Revolución surge, en 1965, el nuevo Partido Comunista de Cuba, rector ideológico del proceso revolucionario cubano y en el que la continuidad de la Revolución es invariable.
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