Educar al hombre constituye un reto para cualquier sociedad. En nuestro país esta tarea compete a todos y es prioridad para las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), pues a ella corresponde una de las etapas más importantes y complejas que involucra a los adolescentes cubanos: el Servicio Militar Activo (SMA).

El soldado desempeña un papel vital en las FAR, al insertarse en sus filas contribuye a garantizar la paz y seguridad del pueblo. A este período antecede la Preparación Militar Básica (PMB), popularmente conocida como previa. Momento en el que adquieren los conocimientos fundamentales que norman la vida en la institución armada.

Uno de los escenarios donde los jóvenes llamados al SMA reciben entrenamiento es en el Regimiento de Estudio perteneciente a Gran Unidad de Tanques de la Gloria Combativa Rescate de Sanguily, Orden Antonio Maceo. Allí se apropian de elementos esenciales de la preparación combativa, la cual tributa a la disposición combativa; basados en los principios de la concepción estratégica de la Guerra de Todo el Pueblo.

El teniente coronel Joelvis Pérez Rodríguez, jefe de esta unidad militar, comenta a Verde Olivo sobre la importancia de este adiestramiento. «Tenemos la misión de formar a los jóvenes que se incorporan a la PMB como nuevos soldados. Durante cuatro semanas reciben aquí los elementos necesarios para continuar su vida militar».

Al incorporarse, los soldados se enfrentan a una actividad y medio social diferentes a los habituales. El teniente coronel continúa: «Cuando los reclutas ingresan al Regimiento tenemos un tiempo que no forma parte del establecido, para la recepción. En estos días no cumplen ninguna actividad militar, son horarios más flexibles para que se vayan identificando con esta nueva etapa».

Ayudarlos en ese proceso es tarea de quienes los dirigen. Resulta vital explicarles —desde el primer encuentro con las FAR— la necesidad estar preparados en beneficio de la Patria y del suyo propio.

«Cuando recibimos el cien por ciento de los reclutas efectuamos una reunión de padres, dirigida por el Estado Mayor de la División,  para informar las generalidades del programa que van a cumplir los jóvenes durante la preparación militar: horarios, visitas, acceso a los servicios médicos, vestuario, alimentación, condiciones de vida y principales teléfonos de los jefes para llamar ante cualquier situación».

»Quienes imparten la PMB son oficiales de la jefatura y las cátedras, además de sargentos profesionales instructores preparados en nuestro mismo Regimiento de Estudio», destaca el jefe de la unidad.

El trabajo desplegado por los jefes de pelotones es palpable en la práctica y en la cohesión del colectivo. «La instrucción incluye diferentes actividades y asignaturas como: Preparación política ideológica, Táctica, Tiro, Sanitaria, Reglamento, Topografía, Sanidad, entre otras materias que tributan a su desarrollo futuro, incluso fuera de la vida militar», añade el teniente coronel Joelvis.

»Además de estas materias que son netamente militares hacemos también actividades culturales, competencias deportivas… Los sábados al concluir la preparación combativa salen de pase hasta el domingo por la tarde.

»La última semana de clases, cuando concluye el programa de estudio, finaliza su PMB como reclutas y llevan a cabo el juramento militar. Posteriormente los incorporamos a las unidades donde continuarán su servicio militar. Allí recibirán la técnica de uso militar y otros medios, con lo que adquieren alta responsabilidad», refiere el teniente coronel Joelvis.

El pueblo confía en la capacidad de los soldados para cumplir con el sagrado deber de defender a la Patria. La vida de los jóvenes en las unidades militares se convierte en una experiencia transformadora y vital para el país.

Fuentes consultadas:

Manual de la Preparación Militar Básica del Soldado, 2008. Dirección de Preparación Combativa del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.