Emilio Santiesteban Ramírez, un piloto de aviones An-2* que cumplió misión en Angola.
¿En qué momento le plantearon la misión internacionalista en Angola?
─Eso fue en 1982, como teniente de la reserva, porque en 1974 las FAR nos había licenciado. Me llamaron y dije que sí. Solamente fuimos el técnico Iray Montero y yo. Arribamos allá el 8 de marzo de ese año, al aeropuerto de Luanda, donde había 3 An-2X, como 4 Mi-8 y unos 3 aviones An-26 de nuestras fuerzas; todos pintados con camuflajes.
¿Y cómo había podido cursar estudios de aviación?
─Eso fue con la Revolución. Ya viviendo en La Habana (Habana Vieja) a donde me mudé con tres años, pues nací en Holguín el 14 de abril de 1948, y soy hijo único. Antes del 59 no pude estudiar, el dinero no alcanzaba; y casi no existían escuelas. En esa etapa de los sesenta estuve en más de un centro en esa zona y en Miramar, hasta el nivel secundario. Luego ingresé a la Escuela Tecnológica Ejército Rebelde de Jaimanitas.
»En 1966 solicité un curso para pilotaje de aviación. Estuve en el ITM (Instituto Técnico Militar) junto a unos 30 cadetes. A mediados del 68 pasamos hacia la Escuela Carlos Ulloa en San Julián, Pinar del Río; allí se nos unieron otros compañeros, llegamos a cerca de 150. Entonces iniciamos el estudio del An-2: teoría y práctica».
¿Para dónde lo enviaron al concluir el curso?
─En 1970 con los grados de subteniente fui asignado al Destacamento de la Aviación Agrícola y Helicópteros de Bayamo. Aquí aún se construía el aeropuerto actual y tenía una pista de tierra. En este encontré como 20 aviones An-2, más una escuadrilla de Mi-4.
»Comencé a volar como capitán de nave, junto a un técnico de vuelo, y armado con una metralleta; pues se daban muchos secuestros. Luego nos pusieron un copiloto. Las tareas principales eran: fumigación de arroceras, cañaverales, cultivos varios; siembra de arroz; patrullajes de los bosques para descubrir incendios; vuelos con dirigentes (ejecutivos), que incluía a jefes durante maniobras; lanzamiento de la prensa en comunidades lejanas… Estas ocurrían en toda la región oriental».
─¿Qué tipo de misiones cumplió en Angola?
Al cuarto día, después de actualizarme en vuelo, cumplí mi primera misión combativa, que fue la evacuación de unos soldados nuestros que se había perdido en la zona de Quibala (290 km al sureste). Entre otras misiones teníamos ametrallamientos, bombardeos a bases de la UNITA, enlaces (vuelos con jefes), evacuación de bajas, exploraciones…; y una no menos importante relacionada con el traslado de las cartas para las tropas.
»Se extendían por casi todo el país: Huambo, Lubango, Matala, Menongue, Cuito Cuanavale, Baixo Longa…; todas en el sur. Para el centro: Cuito Bie, Luena, Luau… y para el norte: Saurimo, Malanje, Cabinda. En unos cinco días retornábamos a Luanda. Se volaba bajito o a unos 2000 metros —aún el enemigo no tenía cohetes antiaéreos portátiles— Casi desde el inicio me pusieron un copiloto de nombre Víctor Campillo, quien había volado An-2 en Cuba; pero allá estaba en otras funciones, y fue autorizado por la misión. Él fue mi acompañante durante toda la estancia.
Otras anécdotas.
Una vez en Cabinda se montó un teniente coronel cubano en mi avión, cogió la ametralladora de la puerta. Localizamos una columna enemiga y decidimos dispararle. Di un primer pase; pero cuando realizaba el segundo, muy bajito, el enemigo respondió y lo hirió en un hombro. El hombre se puso muy mal, botó mucha sangre; y hubo que enviarlo en helicóptero hacia Luanda. Ese fue el único impacto que recibimos.
Algunos bombardeos fueron en las faldas del Morro de Moco (al noroeste de Huambo); al norte de Matala. En el primer lugar había una escuela de la UNITA. Un día realicé una exploración aproximada a 1500 m y la localicé con un par de binoculares, porque no teníamos mira. Di un pase más alto, sobre los 2000 m, y por apreciación lancé las dos bombas de 250 kg que llevaba en los soportes adaptados por los ingenieros cubanos en la barriga del avión.
Siempre consideré haber acertado. En esto me ayudó mucho la actividad práctica de lanzamiento de las pacas de prensa en Cuba que inició sobre el año 1977. Se tiraban los sacos de periódicos en el área escogida marcada, previamente, con una banderita. Y nosotros siempre tratábamos de darle a esa bandera; o sea, que había cogido habilidad en esta tarea.
Transcurridos dos años y seis meses, en septiembre del 84, regresé a Cuba con la medalla de Combatiente Internacionalista de I clase.
Nota:
* En 1977 arribaron los primeros 4 aviones An-2 a Angola; se mantuvieron allá hasta 1984.
FUENTES:
Entrevista personal al protagonista y su archivo de fotos.
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