Valía de un líder

02 de Junio de 2024

Raúl conoce a fondo el país, la sociedad cubana y el proceso revolucionario. Fuente: Tomada de Internet

Cuando Raúl habla, es puro corazón. Entonces aparece el estadista, el investigador, el líder, cualidades que nos develan a un General de Ejército seguro, sagaz, de gran visión política y compromiso con su pueblo.

 

Desde pequeño, nos asombra la rebeldía de este niño del oriental Birán, que asegura haber aprendido del mejor maestro: su hermano Fidel, el cubano más trascendental del siglo XX, de quien nunca se separó, desde que aprendió a admirarlo. 

 

No por ello dejó de escoger sus caminos, amistades y hasta partidos en los que militar. Mas, las circunstancias y convicciones siempre los unieron. Baste decir, que cuando Fidel decidió enfrentar con las armas al régimen de Fulgencio Batista, Raúl estuvo a su lado desde el primer momento y demostró su verdadero temple durante la toma del Palacio de Justicia, donde gracias a su arrojo, constituyó una acción exitosa.

 

Su intrepidez fue demostrada además en el presidio de la entonces Isla de Pinos, la emigración en México, la travesía del Granma, el combate de Alegría de Pío, el reencuentro en Cinco Palmas, las acciones aisladas y las más cruentas...  Sus méritos le permitieron ser el segundo de los comandantes nombrados en la Sierra Maestra.

 

Este ascenso, condujo a la fundación de una columna guerrillera, que tenía como objetivo la creación del Segundo Frente Oriental Frank País García. Allí tuvo que mostrar sus dotes de conductor militar y político para dirigir a las tropas insurgentes. Así tomaron 31 cuarteles y puestos de la Guardia Rural y le ocuparon unas dos mil armas al enemigo.

 

Fue allí, además, donde surgió su gran historia de amor con Vilma Espín, mujer culta y valiente, que en esos momentos era la coordinadora del M-26-7 en la provincia de Oriente, y subió hasta la Sierra, para reencontrarse con él y no separarse nunca más.

 

Sus logros fueron trasmitidos también, a través del mejoramiento de la vida de los habitantes en las zonas liberadas, al fundar 20 hospitales, puestos médicos de campaña, unas 400 escuelas, cientos de kilómetros de caminos, líneas telefónicas y hasta una incipiente fuerza aérea y órganos de inteligencia.

 

Aún hoy, figuran en la memoria de los cubanos, las imágenes de Raúl en el Regimiento Moncada el primero de enero de 1959, arengando a la rendición, a cientos de soldados batistianos.

Este vínculo especial con la antigua provincia de Oriente, continuó durante la invasión a Playa Girón en 1961 y la Crisis de octubre de 1962, pues fue este el territorio que tuvo siempre bajo su responsabilidad.

 

Después vinieron sus días como Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), para lo cual su afán de superarse constantemente le permitió asimilar la técnica y los contenidos teóricos militares, dirigir el sensible proceso de conformar las fuerzas institucionales, aprender de los diversos conflictos bélicos mundiales y sumarse a la fundación de núcleos del Partido Comunista de Cuba en las diferentes áreas  para la cual instruyó personalmente a los políticos implicados.

 

Así, junto a sus subordinados, creó un bastión defensivo con la convicción de que prepararse al máximo para la defensa es la mejor forma de evitar la guerra. Y bajo esta máxima, se lograron hazañas imperecederas en África, al poner en fuga a las fuerzas del apartheid y a los agresores somalíes.

 

Un recorrido por sus discursos permite constatar que en cada instante dijo lo que era necesario expresar, con seriedad, solemnidad y hasta con humor.

 

Recuerdo ahora las imágenes de aquel 13 de diciembre de 2013 en Johannesburgo, ante las exequias del líder popular sudafricano Nelson Mandela, donde su sentido discurso, y el saludo a Barack Obama, un año antes del trascendental anuncio del restablecimiento de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, nos mostraron la valía del líder y su voluntad de estar a la altura de los tiempos.

 

Sin embargo, fue en la Cumbre de las Américas, en abril del 2015, cuando más quise abrazarlo, pues allí, frente al presidente de los Estados Unidos, censuró en los más duros términos la política de bloqueo contra Cuba, su intervención en la Guerra de Independencia y las constantes agresiones contra el pueblo de la Isla. ¡Qué orgullosa me sentí!  

 

Y hace apenas unas semanas, Raúl Modesto Castro Ruz, dio lectura al Informe Central al VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, un documento crítico, autocrítico, integral y programático, que servirá de guía a la organización que es baluarte de la presente y futura nación cubana.

 

Allí, con su traje militar y toda la sabiduría de los años, demostró fe infinita en las siguientes generaciones,  lo que me da cada día   más satisfacción al vestirme de verde olivo, como él.

  • Entre los miembros de la guerrilla cubana, fue uno de los primeros en conocer y abrazar la obra del marxismo y el leninismo. Fuente: Tomada de Internet

  • La entereza y sentido del deber de Raúl se han puesto de manifiesto en disímiles oportunidades. Fuente: Tomada de Internet

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