Un símbolo de la nación cubana
La historia del cardenense Elián González resulta muy singular, cuando tenía apenas cinco años de edad, su madre decidió llevárselo en un bote ilegalmente de Cuba hacia Estados Unidos, consecuencia de la emigración irregular estimulada por la Ley de Ajuste Cubano. La señora se ahogó y el niño quedó a la deriva en el mar. El 25 de noviembre de 1999 lo encontraron sobre una cámara de neumático frente a Fort Lauderdale, Estados Unidos.
En tierras norteamericanas el infante fue puesto al cuidado de su tío-abuelo paterno Lázaro González, residente en Miami, quien, en complicidad con la mafia anticubana, se opuso a todo intento del retorno de Elián a Cuba.
Inmediatamente, al conocer sobre lo ocurrido, el padre del niño envió una carta al Ministerio de Relaciones Exteriores a finales de noviembre de 1999, y pocos días después, el 2 de diciembre, Juan Miguel González, progenitor de Elián, fue recibido por Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, quien le aseguró: «a partir de mañana mismo se vuelca la nación completa a hacer el reclamo por el regreso de tu hijo», y así fue hasta el día de su retorno.
El 5 de diciembre de ese mismo año, frente a la Oficina de Intereses del «gigante de las siete leguas» en la Mayor de las Antillas, un mar de pueblo protestó contra la retención del niño en tierras extranjeras, desde ese momento se realizaron tribunas abiertas y marchas en toda Cuba.
«El enemigo, aferrado a una estúpida, antipática y aborrecible injusticia, no podrá resistir nuestra moral, nuestra razón y nuestra incontenible fuerza en la lucha por esta justa demanda, y no le quedará otra alternativa que devolver cuanto antes a Elián», expresó Fidel el 20 de diciembre de 1999 en una Tribuna Abierta en las inmediaciones de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos.
La lucha por el regreso de Elián trajo consigo la Batalla de Ideas, concebida por el Comandante en Jefe, que desarrolló más de 170 programas en las esferas económica y social, con resultados notorios en el país.
Siete meses después de su secuestro en las entrañas del monstruo, el 28 de junio del año 2000, el niño retornó a su Patria, bajo la tutela de su padre; luego de que se movilizó toda la nación y de un largo proceso judicial.
Una victoria más para Cuba, una batalla ganada con el fin de unir a un hijo con su padre, una pelea echada por nuestro país desde la humanidad que caracteriza al proceso revolucionario.
Sin lugar a dudas,el caso de Elián González constituye un símbolo para Cuba, un ejemplo de que hay que defender siempre la verdad y las ideas y una derrota más al odio. No debemos dejarnos pisotear nunca y llegar hasta el final con la convicción de que hacemos lo correcto, siempre que así sea. El mundo necesita la verdad y la verdad necesita de nosotros.
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