La herida 27 de Maceo
Aunque la historia es precisa, siempre aparece alguien con la duda en torno a cuántas heridas recibió Antonio Maceo entre octubre de 1868 (cuando se alzó para incorporarse a la Guerra de los Diez Años) y el 7 de diciembre de 1896, día en que cayó en combate, pues fueron 26 lesiones: 21 en la Guerra de los Diez Años, una durante la Tregua Fecunda (en un atentado cuando salía de un teatro en Costa Rica) y cuatro en la Guerra Necesaria. La número 25 fue la que le causó la muerte.
Sin embargo, el 15 de abril de 1961 la aviación mercenaria que allanaba el teatro de operaciones militares cubano como preludio de la invasión por Playa Girón, bombardeó los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba. Este último lleva el nombre de Antonio Maceo.
En el frente de esta terminal aérea está situado un busto del Titán de Bronce. La metralla lo impactó aquel 15 de abril. Desde entonces, simbólicamente, ese disparo es considerado como el número 27 que recibió el héroe de Peralejo.
Ese 15 de abril la aviación que bombardeó y ametralló nuestros aeropuertos —donde radicaba el grueso de la aviación de combate de que disponía la Revolución para defenderse— empleó como método la perfidia: utilizó las insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria y hasta la bandera cubana en su cola. Ese día ocho bombarderos B-26 alzaban vuelo desde Puerto Cabezas (Happy Valley) en Nicaragua. Al aproximarse a Cuba tomaron tres rumbos diferentes: la escuadrilla Puma, integrada por tres aviones atacó el aeródromo de Ciudad Libertad; Linda, con tres bombarderos también, se dirigió a San Antonio de los Baños; y la formación Gorila atacaría el aeropuerto de Santiago de Cuba. Un noveno bombardero B-26 voló directamente de Nicaragua a Miami y daría la versión pública de deserción y rebeldía de los pilotos de la Fuerza Aérea Cubana.
De aquellos B-26 solo cinco pudieron regresar a Nicaragua. Uno fue derribado por las fuerzas revolucionarias, otro fue «tocado» por la artillería rebelde y se vio obligado a aterrizar en Cayo Hueso, mientras que un tercero tuvo que aterrizar de emergencia en la isla Gran Caimán.
El ataque ocurrió de forma simultánea minutos antes de las seis de la mañana. La escuadra que atacó Ciudad Libertad encontró un fuego antiaéreo tan nutrido que algunos pilotos descargaron sus ametralladores en áreas cercanas a la base, con lo que mataron a siete personas, entre ellas al miliciano Eduardo García Delgado, quien antes de morir escribió con su sangre el nombre de Fidel. Otros 53 vecinos de la zona resultaron heridos.
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