Eterno desde el periodismo

05 de Marzo de 2024

Un ferviente martiano fue Juan Gualberto Gómez; su pluma impetuosa y revolucionaria estuvo siempre al servicio de la Patria. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo.

Honor para la prensa cubana resulta identificar su premio anual con el nombre de un excepcional periodista. Primero por necesidad y luego porque fue adquiriendo poco a poco el oficio, empezó una larga carrera que transitó desde la redacción de noticias aisladas hasta el total involucramiento con la política, lo cual le permitió solidificarse como polemista y orador público.

 

Fue Juan Gualberto Gómez Ferrer ese distinguido redactor, quien vino al mundo con la suerte de ser libre pues sus padres, esclavos domésticos entonces, lograron comprar su libertad antes de que naciera, de acuerdo a la ley de la época.

 

Esa condición le posibilitó aprender a leer y escribir, y junto a su notable inteligencia y capacidad de aprendizaje, pudo conocer varios oficios hasta convertirse en el periodista que fue, defensor de uno de los temas más vulnerables de la nación cubana: la población negra y mulata.

 

Por eso, cuando en abril de 1879 fundó el periódico La Fraternidad, hizo denuncias y manifestaciones en contra de los atropellos y discriminaciones que sufría este sector de la población. También desde el propio medio se informaban las condiciones de vida, principales inquietudes y preocupaciones que tenían estos ciudadanos a lo largo de toda la Isla. Ello resultó lo más noble y encomiable de su labor al mismo tiempo que ganó seguidores.

 

El periódico se convirtió, en tanto, en un verdadero vocero y defensor de la raza a la cual pertenecía Juan Gualberto, llegando incluso a hacer públicas las cartas de las personas del pueblo que escribían contando sus infortunios y experiencias.

 

Una empatía fundada precisamente en estos ideales lo unió a José Martí; con él estrecharía la amistad y se vincularía en la acción revolucionaria. Por eso el Héroe Nacional lo designa como su delegado en la Isla para los preparativos de la Guerra Necesaria. Juan Gualberto fue a quien le correspondió dar la Orden de Alzamiento Armado el 24 de febrero de 1895.

 

La grandeza de su vida y obra radica en la perseverancia con que se desempeñó en distintos ámbitos de la esfera pública y política dentro y fuera de Cuba a lo largo de su existencia.

 

Sus artículos y crónicas, en los que mostró los delitos y posturas pro anexionistas, trascendieron con la rectitud de quien, aún desde la ancianidad, mantuvo una postura consecuente con el legado martiano.

 

Aquel que fue hijo de esclavos, había cimentado un lugar memorable en el altar de la Patria.

 

Fuente consultada: Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera Parte. Tomo 1. Biografías. Colectivo de autores. Casa Editorial Verde Olivo, 2014.

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